miércoles, 8 de junio de 2011

Rusia propone el equilibrio multilateral en Asia



 Rusia propone el equilibrio multilateral en Asia





EEUU no abandonará Asia ni se convertirá en una potencia aislada. No se debe forzar a los países asiáticos a elegir entre EEUU y China. Todos los países asiáticos deben respetar los intereses mutuos e intercambiar experiencia.
Estos temas fueron abordados durante la décima conferencia de seguridad asiática conocida como “Diálogo Shangri-La” celebrada el pasado fin de semana en Singapur.
El Diálogo Shangri-La en el que participan los ministros de Defensa de los países asiáticos, adquiere cada año más importancia internacional e incluso puede hacerse más importante en un futuro que la Conferencia de Seguridad de Munich dedicada en mayor medida a la seguridad europea que se celebra anualmente en febrero.
A juzgar por todo, las generaciones futuras prestarán más atención a la seguridad asiática que a la seguridad del Oriente Próximo, y esa observación fue destacada por el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates.
Rusia estuvo representada por el viceprimer ministro del país, Serguei Ivanov, que abordó el problema de la confianza.


Gates dimite pero EEUU no dice adiós
Robert Gates que abandona la cúpula de seguridad de EEUU asistió al Diálogo Shangri-La la última vez como el secretario de Defensa y el primer ministro malayo, Mohammed Najib, que inauguró la conferencia, le deseó una jubilación tranquila y feliz.
Por otro lado, Gates se considera un buen candidato del partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, pero no vale hacer pronósticos a largo plazo.
Los participantes del Diálogo Shangri-La esperaron qué diría Gates sobre el tema principal tanto de la agenda de la conferencia como de las relaciones internacionales a mediana perspectiva.
Se trata de la rivalidad potencial entre EEUU y China. Esta reedición de la antigua rivalidad como la que antes existió entre EEUU y la Unión Soviética puede tener serias repercusiones en otros continentes.
Un par de declaraciones resonantes hacen a la comunidad internacional recordar los discursos. El secretario de Defensa estadounidense hizo un anuncio de este tipo a bordo de su avión. “No buscamos contener a China. China ha sido una gran potencia durante miles de años. Es una potencia global y será una potencia global", afirmó Gates.
Y después anunció también que, a pesar de “la dura realidad” con dos guerras prolongadas en Afganistán e Iraq, es decir, la próxima retirada de EEUU de la respectiva región, Gates está dispuesto a apostar 100 dólares a que Washington tendrá aún más compromisos ante esta región durante los próximos diez años.
Tenemos que entender cómo están vinculadas las dos declaraciones citadas. Está claro que la influencia de China crece. El Imperio Celeste no se convertirá en una potencia global en breve, pero durante la última década, Pekín ha adquirido mayor influencia en Asia que Washington.
Y en la política de la administración de Barack Obama respecto a China últimamente se observan las desviaciones hacia un extremo u otro, desde las propuestas de compartir el liderazgo mundial hasta una confrontación obvia e invitación a todos los que tienen problemas con China (por ejemplo, en el mar de la China Meridional) a apoyar a EEUU.


China se pronuncia por una mejor comprensión mutua
El ministro de defensa chino, Liang Guanglie, pronunció un discurso en Singapur y se reunió con Robert Gates y otros homólogos suyos.
 Las tesis principales del ministro chino son las siguientes: respetar los intereses estratégicos de otros países, no impedir a su realización, no invitar a los terceros países a adherirse a las alianzas en confrontación.
Este discurso asimismo sacó a la luz pública otros hechos. Por ejemplo, lo que hoy en día, China es la principal fuerza de paz en el planeta, a juzgar por el número de sus “cascos azules” de la ONU y las misiones llevadas a cabo.
Además, Pekín ofrece crear un sistema de seguridad asiática a base de los acuerdos y la comprensión mutua de las dos primeras potencias mundiales. Esto es lo más importante y coincide con la opinión de los países miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), ubicados en el epicentro de la región Asia-Pacífico.
Estos Estados aplican una política destinada a evitar cualquier confrontación entre EEUU y China y la adhesión de otros países a una de las dos potencias.  El primer ministro malayo, Mohammed Najib, pronunció la declaración clave: “China es nuestro socio y EEUU es nuestro socio. No debemos apoyar a nunguna de las partes”.


Las posturas de Rusia y Malasia son afines
Es evidente que Rusia no es un actor clave en el sistema de seguridad asiática que está desarrollándose. Pero desempeña un papel importante y en cierto modo misterioso. Rusia no es rival ni competidor de EEUU. Además, es el país con la frontera común con China más larga del mundo.
En el sitio web del Diálogo Shangri-La se puede encontrar un artículo escrito por un experto londinense en materia de seguridad, Oksana Antónenko, que describe las cuestiones que surgen al respecto en Rusia y los países asiáticos.
Moscú no delegó a responder a estas preguntas al ministro de Defensa ruso sino al viceprimer ministro del país, Serguei Ivanov, que ya ha obtenido una amplia experiencia de abordar temas relacionados con la seguridad tanto en Munich como en Singapur.
Su corto discurso pronunciado en Shangri-La coincidió con la ideología expuesta por el primer ministro de Malasia.
Ivanov citó a Confucio (“El camino de la confianza nos acerca a la paz”) y describió la deseada situcación en Asia como un equilibrio de fuerzas multilateral. Según Ivanov, Rusia prefiriría que la ASEAN  sea la locomotora de este proceso.
En realidad, en su discurso Ivanov cita a Najib, a Liang, además de Confucio, y no contradice a las declaraciones de Gates.
Cabe mencionar que en la conferencia de seguridad asiática participaron los países no asiáticos, incluida Gran Bretaña. De hecho, el Diálogo Shangri-La fue creado hace diez años por el Instituto internacional de Estudios Estratégicos con sede en Londres.
Esto hace reflexionar sobre la participación de Gran Bretaña en asuntos de Asia sin pertenecer a esta región geográficamente. El Atlantismo, o sea la alianza con EEUU, ayudó a Londre a sobrevivir en la Primera y Segunda Guerra Mundial aunque conllevó el colapso del Imperio Británico que perdió su estatus de superpotencia.
Pero las nuevas realidades del mundo bien pueden mejorar esta base de la politica exterior británica.


Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)

Dmitri Kósirev

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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