El recién acuerdo entre la petrolera rusa Rosneft y la británica British Petroleum (BP) sobre la explotación de yacimientos de hidrocarburos en la plataforma continental rusa en el Ártico es excepcional en muchos aspectos.
Ante todo, es el mayor acuerdo internacional firmado por Rosneft. Además, la ejecución de proyectos de explotación en los yacimientos del Ártico no tiene análogos en el mundo, porque supone un negocio con un nivel de riesgo muy elevado.
Pero es un riesgo que vale la pena. Las reservas de hidrocarburos en la plataforma continental ártica rusa se estiman en 5 mil millones de toneladas de petróleo y 10 billones de metros cúbicos de gas natural..
¿Qué impulsó a BP a participar en el proyecto?
Según el acuerdo anunciado el pasado 14 de enero, Rosneft obtendrá una participación del 5% en BP convirtiéndose en uno de los mayores accionistas minoritarios de la petrolera británica.
BP, por su parte, pasará a controlar el 9,53% adicional del capital de la petrolera rusa incluyendo un 1,25% que poseía antes, y después del Estado ruso, será el segundo accionistas más importante de Rosneft.
Para llegar a un acuerdo sobre el asunto del ártico, las partes sostuvieron negociaciones durante unos seis años que pudieron prolongarse todavía más, si no hubiera ocurrido la crisis económica global en 2008 y la catástrofe ecológica en el Golfo de México.
La parte rusa tuvo suerte. Según Denís Borísov, analista del Banco de Moscú, “actualmente el valor de las acciones de BP cayeron unos 50% en comparación con 2008”.
Además, la avería en la plataforma petrolera, Deepwater Horizon, administrada por BP y el subsiguiente vertido de crudo en el golfo de México socavó la reputación de BP en América.
Alexander Nazarov, analítico jefe de la la compañía rusa de finanzas e inversiones Metropol, dijo a RIA Novosti que BP se vio obligada a abandonar varios proyectos norteamericanos e iniciar la búsqueda de socios en otros continentes.
Por su lado, Rusia necesita mucho el petróleo de las regiones del norte. Según Boris Tumanián, profesor de la Universidad Estatal de Peróleo y Gas de Moscú, Rusia cuenta con recursos suficientes para cubrir sus necesidades internas y para la exportación a corto plazo.
A juicio de Borísov, la tasa de recuperación de reservas de hidrocarburos sigue siendo superior que el volumen de extracción. Pero, según el experto, esta recuperación se debe a la exploración intensiva de los yacimientos explotados y la utilizacion de nuevas tecnologias de extracción.
Desafortunadamente, actualmente en Rusia carece de nuevos yacimientos grandes con reservas comparables a las de los yacimientos explotados en Siberia occidental.
Esta circunstancia motivó a Moscú a desarrollar el proyecto de explotación de los yacimientos de hidrocarburos en la plataforma del Ártico.
Para ello, Rusia dispone de los recursos financieros suficientes, pero necesita tecnología extranjera más avanzada.
Los riesgos del ártico
Todo lo que incluye el acuerdo Rosneft-BP sobre el ártico son asuntos de alto riesgo. En primer lugar las empresas arriesgaron a intercambiar acciones.
Según Borísov, es posible que Rosneft tenga problemas si aparecen nuevas reclamaciones contra BP relacionadas con el vertido de crudo en el golfo de México.
Y la petrolera británica debe tener en cuenta las posibles consecuencias del caso de Yukos. Aquí es necesario recordar que algunos accionistas minoritarios de Yukos en occidente presentaron demandas judiciales contra las autoridades rusas.
Aunque esas reclamaciones son insignificantes en comparación con los riesgos que supone la exploración y explotación de los yacimientos de hidrocarburos en el Ártico.
Las dos compañías afrontarán enormes dificultades técnicas y tendrán que desarrollar nuevas tecnologías y equipos para explotar la plataforma ártica.
Además, nadie sabe exactamente cuántas reservas de crudo hay en plataforma ártica.
Al respecto, Borísov recordó que otras regiones del mundo exploradas con recursos y metodologías más exactas que las que se pueden aplicar en el Ártico, las reservas reales resultaron una tercera parte de lo que inicialmente se estimó.
Hasta el momento, los estudios sobre los yacimientos del ártico han sido muy superficiales y para evaluar con mayor precisión el monto de sus reservas de hidrocarburos es necesario realizar perforaciones de prueba, que podrán ponerse en marcha dentro de unos 5 ó 7 años.
Según Tumanián, esto quiere decir que BP y Rosneft podrán comenzar la extracción comercial de petróleo dentro de 20 ó 25 años, aunque el presidente de ВР, Robert Dudley, indicó en que la explotación de nuevos yacimientos comenzará dentro de 5 ó 10 años.
Incluso en el caso de que el pronostico de Dudley sea exacto, no hay ningunas garantías que el proyecto será rentable. La extracción del petróleo en la plataforma del Ártico y su transporte implica muchos gastos y recursos.
Actualmente, la construcción y tendido de un kilómetro de oleoducto cuesta de US$1 millón a US$5 millones, y la tubería submarina tendida desde los yacimientos árticos puede costar mucho más, hasta US$10 millones por un kilómetro.
Los expertos consideran que la rentabilidad del proyecto en mucho depende de las regalías fiscales y juzgar por todo, Rosneft y BP pueden contar con esas regalías.
Sobre todo porque el año pasado, el gobierno ruso ya concedió “vacaciones fiscales” a las petroleras que desarrollaron trabajos en la plataforma marina. Y el primer ministro ruso, Vladímir Pútin hace días, prometió un régimen fiscal favorable para el nuevo proyecto en el ártico.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Vlad Grinquévich
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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