Antes de descubrir que tiene sangre azul, el empresario Valeriy Kúbarev intentó en varias ocasiones conseguir un escaño en el Parlamento ruso. Tras el fracaso político, decidió centrarse más en estudiar la historia de su linaje y descubrió que es descendente de los zares que construyeron la perla arquitectónica de la capital rusa lo que, según su opinión, le da derecho ilimitado a ser el propietario del Kremlin.
Según Kúbarev, sus antepasados invirtieron grandes sumas de dinero en la edificación del Kremlin y por lo tanto es la persona más indicada para cuidar de este monumento histórico. "La aristocracia tiene que desempeñar un papel decisivo en la vida del país. La propiedad es un derecho sagrado. Nuestros antepasados han creado el Kremlin y el Gobierno que reside ahí ahora solamente dispone del usufructo de la propiedad. Por eso nos hemos dirigido a la justicia para que nos devuelvan nuestros derechos", dice.
Los especialistas dicen que el supuesto príncipe tiene posibilidades ínfimas de ganar el juicio. "No tiene ningún argumento para justificar tales reclamaciones. Lo que quiere es atraer más atención hacia su persona. La ley dice claramente que esa propiedad pertenece al Estado", según el jurista Vyacheslav Uvachev.
Por su parte, los expertos en genealogía tienen muchas dudas sobre la veracidad de su origen noble. "Su caso no tiene nada que ver con la genealogía, yo diría que más bien con la psicología. No está relacionado con familia de zares. Es fruto de su imaginación. Está difamando a la aristocracia", insiste Alexánder Zakátov, el director de la cancillería de la Casa Imperial Rusa.
En cualquier caso, un tribunal ruso aceptó a trámite la reclamación de Kúbarev y los demandados en este caso son las autoridades del país. El destino del Kremlin de Moscú se decidirá el próximo mes de octubre.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
No hay comentarios:
Publicar un comentario