Tras casi dos meses de un verano infernal que martirizó a los habitantes de varias regiones de Rusia con un extremo calor e incendios forestales, los meteorólogos anunciaron finalmente lo esperado: la temperatura en la capital de Rusia ha comenzado a bajar y en los próximos días se esperan intensas lluvias queayudarán a apagar los incendios en la región de Moscú.
Este lunes la temperatura bajó hasta 27 grados, lo que marcó la tendencia para el ‘enfriamiento’. El viento, los chaparrones, las tormentas e incluso el granizo aliviarán el ambiente en algunas zonas de la región capitalina a principios de la semana.
Se informa que el calor va a disminuir definitivamente hasta el fin de esta semana. Según los pronósticos el sábado próximo la temperatura no superará los 20 grados. Algunos expertos hacen anuncios más radicales: afirman que el viernes el termómetro apenas alcanzará los 14 grados.
Los moscovitas podrán respirar aire puro
El lunes por la mañana el olor a quemado en la capital ya casi no se sentía. Los ecólogos no registran más los altos niveles de concentración de dióxido carbónico en el aire y anunciaron que los moscovitas pueden ya quitarse los cubrebocas.
Al mismo tiempo, el esmog apareció en otras regiones de Rusia. Este fin de semana la ciudad de Nizhny Novgorod estuvo cubierta por una capa de humo tras los incendios forestales en uno de los suburbios cercanos a la ciudad. El humo proveniente de Rusia central alcanzó también los límites de Ucrania.
Mientras tanto, el Ministerio de Emergencias de Rusia comunica que los incendios forestales se están controlando y la crítica situación se estabiliza. La superficie territorial donde hay fuegos forestales disminuyó unas tres mil hectáreas en una noche y la cantidad de las turberas ardientes bajó hasta 35. En total en el país se registraron alrededor de 500 focos incendiarios.
Consecuencias del humo a largo plazo
Durante dos semanas los habitantes de decenas de regiones de Rusia, incluyendo la capital, no sólo se asfixiaron del calor sino también tuvieron que inhalar aire contaminado por el humo de los incendios. El monóxido de carbono en el aire, las temperaturas altas y el déficit de oxígeno fueron las condiciones que enfrentaron los moscovitas. Los médicos anticiparon que el hecho de haber respirado esta mezcla concentrada de elementos químicos afectaría muchísimo la salud. Y por más que el daño no se note ahora, las consecuencias no se van a hacer esperar y se manifestarán en el futuro.
Los especialistas hacen conjeturas sobre el efecto que tendrá el humo y cómo influirá en la salud de los capitalinos incluso después de desvanecerse por completo en el aire. Los especialistas del Centro Toxicológico de Rusia no se atreven a dar cifras concretas, pero aseguran que el humo afectará sobre todo a las personas mayores y a los que padecen enfermedades cardiovasculares.
El calor y el humo perjudicarán también a las mujeres embarazadas. Semejantes condiciones climáticas son estresantes para el organismo y frecuentemente provocan parto prematuro.
Además, la concentración alta de gas carbónico en la atmósfera causa el déficit de oxígeno en el tejido del organismo humano y daña el sistema nervioso.
Toda la semana pasada, cuando la concentración de partículas en suspensión en el aire superó todas las normas permisibles, los oftalmólogos exhortaron a los que usan lentes de contacto a que los reemplazaran por anteojos hasta que se normalizara la situación ecológica. Ahora, los médicos aseguran que los que no cumplieron con esas recomendaciones y permanecieron durante un rato largo en la calle, podrían sufrir enfermedades graves en el futuro, como dolores de la retina y hasta su desprendimiento.
Los médicos no confirmaron los rumores de que el aire saturado de productos de combustión podría causar intoxicación. Argumentan que el monóxido de carbono no puede acumularse en los tejidos, ni en la sangre y para provocar daños serios se necesitaría inhalar grandes dosis de ese gas en un espacio cerrado. “Al aire libre el hecho de envenenarse con el óxido de carbono es casi imposible, solo si uno lo inhala directamente”, dijo el toxicólogo Alexéy Vodovozov.
Los expertos coinciden en que lo más peligroso de todo es la concentración alta de partículas. “El daño consiste en que penetran en los pulmones hasta los alvéolos y ahí se quedan. Es decir, todos los habitantes de Moscú, sin quererlo, se convirtieron en fumadores pasivos”, mencionó Vodovozov.
MAPA INTERACTIVO DE LOS INCENDIOS FORESTALES EN RUSIA
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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