En California en dos focos principales del fuego abierto han sido arrasadas 40 casas, siendo amenazadas otras 150. Además ha perdido cerca de 6.500 hectáreas de su único bosque de secuoyas gigantes en 3 días de incendios forestales.
Desde el pasado 26 de julio el incendio está devorando la reserva natural de secuoya al norte de Los Ángeles. Pese a la actividad de los bomberos, varias casas en las laderas orientales de las montañas Tehachapi ardían el miércoles por la mañana. Apenas en un 5% de la área afectada por el fuego la situación podía considerarse controlada al fin del mismo día.
Conforme al jefe del batallón de bomberos David Goodell, las llamas saltaron por toda el área, dejando parches de arbustos y troncos ardientes que pudieran avivar el incendio si el viento cobra fuerza. A la lucha asiste un avión equipado con el sistema de extinción vertical. Pero no sirven incluso los buldózeres que edifican terraplenes a lo largo de la línea del fuego.
2.300 personas fueron obligadas a abandonar sus viviendas. Las autoridades locales evacuaron un campamento de menores adyacente al foco principal, en la reserva.
La única noticia esperanzadora ha llegado del noreste de California, donde los bomberos lograron apagar el incendio que calcinó una centena de hectáreas de bosques de pino y matorral
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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