El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, suspendió su viaje a la cumbre del G-20 debido a la desastrosa situación provocada por las fuertes lluvias que azotaron varios estados de Brasil.
El temporal ha dejado en los últimos días 51 muertos y millonarias pérdidas en los estados de Alagoas y Pernambuco. Según los últimos datos, más de 200 mil personas han quedado sin viviendas y 76 se consideran desaparecidas.
En Pernambuco, nueve municipios continúan en estado de calamidad pública y otros treinta en situación de emergencia. El gobierno del país ya entregó más de 300 millones de dólares para ayudar a las víctimas de la tragedia.
Según informó el canciller brasileño Celso Amorim, Lula “desea quedarse en Brasil, apoyando las medidas que se han tomado en relación con los problemas de las inundaciones en el nordeste”. También agregó que Brasil será representado en la cumbre por el ministro de Hacienda, Guido Mantega. “Son temas estrictamente económicos. Mantega está más capacitado para participar”, aseguró Amorim.
El vocero del presidente brasileño, Marcelo Baumbach, dijo que durante la cumbre Brasil insistirá en la reforma de las instituciones financieras internacionales, basado en dos aspectos fundamentales: la legitimidad y la capacidad para resolver las crisis.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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