El Ejército norcoreano amenaza con responder disparando cañones a la propaganda militar proveniente de su vecino del sur. Con este nuevo desafío, Corea del Norte reacciona a la instalación de once altavoces a lo largo de la frontera estatal que divide los dos pueblos hermanos, cuyas relaciones hostiles se recrudecieron el mes pasado.
El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, anunció en mayo la reanudación de la emisión de propaganda directa, interrumpida en 2004, a través de las dos líneas de alambrada. La idea se presentó como respuesta al hundimiento premeditado de la corbeta ‘Cheonan’ en marzo del presente año, seguido por una serie de declaraciones supuestamente falsas norcoreanas respecto al incidente. Esta medida se sumaba a otras como la ruptura de relaciones comerciales y la apelación al Consejo de Seguridad de la ONU.
Ahora el Norte asegura que “golpeará militarmente para eliminar los medios de guerra psicológica contra la República Popular Democrática de Corea en todas las áreas del frente”. Además, usando su retórica habitual, la televisión estatal norcoreana amenazó con convertir Seúl en un “mar de llamas”, en el caso de que fuentes del Ejército de Corea del Sur no desmientan la evidencia de algunos movimientos inusuales en la zona limítrofe, que indicarían la preparación de una campaña bélica.
El gobierno de Pyongyang prometió anteriormente que dispararía cañonazos contra los altavoces si Corea del Sur los utilizaba para difundir propaganda. En esta ocasión añadió, a través de un general del Ejército, que consideraría esa acción hostil de Seúl como una declaración de guerra.
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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