jueves, 4 de febrero de 2010

El polémico proyecto de la nueva nave espacial rusa



Alexander Pesliak, RIA Novosti

Durante un ciclo de conferencias sobre Astronáutica celebradas recientemente en Moscú, el titular de la empresa aeroespacial rusa Energia, Vitali Lopota, presentó varias propuestas de esta organización relacionadas con investigaciones del Sistema Solar y la aplicación de tecnologías en provecho de la humanidad. La exploración espacial del futuro será posible mediante aparatos espaciales de propulsión nuclear.

Lopotá anunció que Rusia tiene planes de lanzar su nueva nave espacial no tripulada en 2015 y con cosmonautas en 2017. "El lanzamiento de la nueva cosmonave sería efectuado desde el nuevo cosmódromo Vostochni (en el Lejano Oriente del país)", indicó Lopota.

"Si para entonces, esa base espacial no está lista, iniciaremos los vuelos de prueba de nuestra nueva nave espacial desde el cosmódromo Baikonur, ubicado en Kazajstán", añadió.

Los debates respecto a la nueva nave espacial rusa durante los últimos tres o cuatro años han acaparado la atención de la opinión pública rusa. La maqueta del nuevo aparato espacial, destinado a sustituir las actuales naves rusas Soyuz TMA, fue presentada en el Salón Aeroespacial Internacional MAKS 2007.

Antes de este evento se convocó el concurso para adjudicar el contrato de construcción de una nueva nave espacial tripulada. Pero ninguna de las tres empresas rusas que participaron en el concurso pudo ganarlo, porque todos los proyectos expuestos incumplieron los criterios establecidos por la agencia espacial rusa, Roscosmos.

En la primavera de 2009, su titular, Anatoli Permínov, convocó un segundo concurso, en el participaron el centro aeroespacial Mijaíl Jrúnichev y la corporación Energia que resultó ganadora y empezó a diseñar el proyecto.

El gobierno ruso destinó unos 23,3 millones de rublos para la realización de este proyecto y tendrá que aprobarlo en 2010 para que Energiya pueda iniciar la construcción y los vuelos de prueba de las naves prototipo.

Poco antes de convocarse el segundo concurso, quedó en evidencia que la cooperación ruso-europea en el desarrollo del nuevo sistema de transporte espacial tiene pocas posibilidades de lograr resultados concretos, más que todo a raíz de las discrepancias respecto a las misiones que debe desarrollar la nave espacial del futuro.

Es decir, los ruso y los europeos todavía no ha podido llegar a una decisión consensuad respecto a las misiones que debe ejecutar el nuevo aparato espacial como, vuelos en órbita, hacia una estación o varias estaciones orbitales, a la Luna o más lejos hacia otros planetas.

Según el diseñador jefe de naves tripuladas de la corporación Energiya, Nikolai Briukhanov, la nueva nave espacial será "un elemento clave de la infraestructura espacial rusa, destinado a garantizar la seguridad nacional, la independencia tecnológica y el libre acceso de Rusia al espacio extraterrestre".

La nave principal se empleará para realizar operaciones de mantenimiento técnico a estaciones orbitales y el rescate de cosmonautas. Sus versiones modificadas estarán destinadas para vuelos hacia la Luna, reparaciones de satélites y experimentos en órbita.

La duración del vuelo autónomo será de hasta 30 días. Una tripulación de seis personas podrá dar vueltas alrededor de la Tierra o pasar a una estación espacial. Cuatro personas podrán dar vueltas alrededor de la Luna.

La nueva nave rusa tendrá un alto nivel de seguridad y posibilidades de cumplir diferente tipo de misiones. Para lograr estos objetivos hay que ensamblar las naves utilizando módulos con el máximo grado de automatización.

Además, al ser una nave reutilizable, tendrá un alto rendimiento económico, como la posibilidad de realizar hasta 10 vuelos espaciales durante 15 años.

En los vuelos de regreso a la Tierra, la nueva nave tendrá una capacidad de carga superior, al menos 500 kilogramos, en comparación con los 50 kilogramos, que actualmente pueden transportar las Soyuz TMA.

Entre otras ventajas cabe destacar que se reducen las sobrecargas que experimentan los astronautas durante al despegue y descenso (de tres a cinco veces más altas). Se prevé un sistema de aterrizaje reactivo (con propulsores) en vez del aterrizaje con paracaídas.

El aparato que desciende tiene forma cónica, el compartimiento central y el compartimento de motor (de instrumentos) están provistos de baterías solares. La comunicación se mantiene constantemente.

Según Vitali Lopota, el proyecto ruso es más versátil y manejable que los aparatos de EEUU, el Japón y países europeos.

¿Será capaz la corporación rusa, que ahora de hecho desarrolla todas las naves tripuladas, hacer realidad este proyecto totalmente nuevo? Es una imperiosa necesidad.

Según la opinión de la mayoría de los expertos, la industria espacial nacional debe renunciar a la permanente modernización de las naves Soyuz, al menos por que esas naves ya no pueden garantizar las necesidades de transporte de cosmonautas y de abastecimiento de carga y equipos que requiere la Estación Espacial Internacional (ISS).

Según el director de la revista rusa Novosti Kosmonavtiki (Novedades de Astronáutica), Ígor Marinin, no hay otra opción, sobre todo cuando el proyecto ya está puesto en marcha. "Hay que aprobarlo próximamente y destinar los recursos necesarios", cree el experto. "Es imposible sequir modernizando un coche viejo que necesita otro nivel de confort y equipo técnico. Y la corporación Energia prevé introducir muchas innovaciones en este proyecto", subrayó.

El cohete portador de la nueva nave se construye en el Centro de Cohetería EspacialProgress ubicado en la ciudad de Samara (parte central de Rusia, a orillas del Volga). Según el diseñador jefe adjunto de Progress, Serguei Tkachenko, el nombre convencional del nuevo cohete portador es Rus-1. "Es un aparato totalmente nuevo, diferente de los Soyuz y sus versiones modificadas", anunció Tkachenko en entrevista a RIA Novosti.

La mayor parte del trabajo para desarrollar la nueva nave espacial rusa estará a cargo del consorcio Energia que actualmente pasa momentos complicados. La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EEUU (NASA) y la Agencia Espacial Rusa (Roskosmos) prolongaron el contrato de transporte de astronautas estadounidenses a la Estación Espacial Internacional (ISS) y su regreso a la Tierra en naves espaciales rusas Soyuz TMA para 2012-2013.

Por eso la corporación tendrá que construir y lanzar anualmente cuatro naves tripuladas, en vez de dos. Asimismo, tendrá que fabricar más cargueros espacialesProgress.

Según opina Yuri Biriukov, experto que trabajó en Energiya durante muchos años, las tecnologías avanzadas, las mejores soluciones contenidas en otros proyectos no realizados permitirán cumplir los objetivos propuestos en los plazos establecidos.

Otro experto, Vladímir Jodakov, lo pone en duda, al afirmar que se trata de especulaciones generales, porque la corporación carece de la infraestructura técnico-material y experimental, siendo poco probable remediar la situación en los plazos previstos.

El miembro correspondiente de la Academia de Ciencias rusa, Mijail Márov, también es escéptico: "Desde hace 25 años no hemos realizado vuelos a la Luna ni a otros planetas, no hemos avanzado en astrofísica ni lanzado siquiera un satélite científico. Es cierto que ocupamos el primer puesto por el número total de lanzamientos, pero ninguno fue realizado con fines científicos, a diferencia de muchos experimentos interplanetarios que llevan a cabo EEUU, países europeos y hasta India".

El Gobierno debe mostrar coherencia en las investigaciones espaciales para mantener sus posiciones en este campo.

En cuanto al proyecto del nuevo aparato tripulado, existen razones objetivas para postergar su realización.

El propio Lopota manifestó, citando a altos cargos del gobierno ruso, que es imposible ejecutar simultáneamente dos proyectos muy costosos: prepararlo todo y celebrar los Juegos Olímpicos de invierno de 2014 en Sochi y habilitar nuevo cosmodromo en el Extremo oriente, aparte de una enorme obra de construcción en la isla de Russkiy de cara a la Cumbre del Foro de la Cooperación Económica Asia-Pacífico, a celebrarse en 2012).


Viejo Condor

RIA Novosti (SIC)

Alexander Pesliak

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIANOVOSTI

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