La Casa Blanca y el Departamento de Estado discrepan a la hora de evaluar la iniciativa rusa sobre la firma de un nuevo tratado de seguridad europea. Ella fue planteada por el presidente Dimitri Medvedev en junio de 2008. Y su esencia consiste en crear, en materia de seguridad política y militar, en la región euroatlántica un espacio único e indivisible.
EEUU respalda el debate de la iniciativa del presidente de Rusia sobre la firma de un nuevo tratado de seguridad europea, debido a que tiene “numerosas cualidades”. Esta postura fue expuesta por el general en retiro James Johnson, asesor de seguridad nacional del presidente, en un discurso pronunciado en el Centro de Investigaciones Estratégica se Internacionales de Washington. El militar aseguró que EEUU hará su aporte en la promoción del debate de la propuesta de Rusia.
La secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton, no considera por su parte conveniente la firma del tratado en cuestión. En una exposición hecha en la Escuela Militar de París planteó que la seguridad en Europa cabe ser afianzada en los marcos de las estructuras existentes, tales como la OSCE y el Consejo de Rusia y la OTAN. Detrás de esta divergencia se perfila la diferencia de criterio con respecto a Rusia. Es lo que piensa Alexei Arbatov, director del Centro de Seguridad Internacional del Instituto de Economía Mundial y de Relaciones Internacionales de la Academia Nacional de Ciencias.
-Por cuanto de trata de las relaciones de EEUU con Rusia, hay un enfoque que convencionalmente puede ser definido de “criterio de atracción”. Es decir, EEUU debe hacer su mitad de camino hacia Rusia en asuntos tan importantes como la defensa antimisil, como el nuevo sistema de seguridad europea. Por cierto que ello no significa someterse a Rusia o aceptar sus condiciones. Pero, ello significa tomar constructivamente las iniciativas rusas, aunque no sean del todo comprensibles y tratar de encontrar en ellas el lado racional. El otro enfoque consiste en que si Rusia plantea ciertas ideas que no figuran entre las prioridades de EEUU, es necesario ignorar esas ideas e imponer a Rusia su propia agenda. Así es como definiría estos dos enfoques, indica Alexei Arbatov.
En este caso, Hillary Clinton obra como exponente del brazo conservador del partido demócrata, el que entró también en la administración de Obama con el objeto de impedir el desvío de la política tradicional de Washington. Los tradicionalistas no están interesados en los cambios en Europa. Y ello porque el sistema de seguridad creado en la década del 70 del siglo pasado responde a las aspiraciones de Washington. Dicho sistema no los une, debido a que los institutos europeos existentes no tienen posibilidades reales de influir sobre la situación. Sin embargo, la actual arquitectura de seguridad no responde a las necesidades de los tiempos. En la agenda está la superación de la herencia de la guerra fría. Con este fin, Dimitri Medvedev propone también consignar en el Derecho Internacional el principio de la seguridad indivisible.
Viejo Condor
Voice of Russia (SIC)
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