Rusia realiza con éxito el primer vuelo tripulado ‘rápido’ a la ISS
Las naves tripuladas rusas desde hace mucho realizaban vuelos a la Estación Espacial Internacional (ISS) de unas 50 horas de duración.
El pasado 29 de marzo, la nave Soyuz lanzada desde el cosmódromo de Baikonur en Kazajstán con tres cosmonautas a bordo - dos rusos, Pavel Vinogradov y Alexander Misurkin, y un estadounidense, Christopher Cassidy - se acopló con éxito a la ISS tras un vuelo efectuado en sólo seis horas.
¿Para qué renunciar a las tradiciones?
Los vuelos orbitales ‘rápidos’ no son algo nuevo. Se practican desde el inicio de la era espacial. Por ejemplo, en 1968, la nave no tripulada Soyuz (Cosmos-213) se acopló tras un vuelo de 46 minutos de duración con otra nave, Cosmos-212, puesta en órbita un día antes. Los expertos soviéticos simplemente lanzaron la segunda nave al espacio, cuando la primera pasaba sobre el cosmódromo Baikonur.
En la historia de los vuelos tripulados, nadie logró batir el récord establecido por los tripulantes de la nave estadounidense Gemini 11 (Richard Gordon y Charles Conrad) que se acopló al cohete Agena 1 hora y 34 minutos después del lanzamiento.
El cosmonáuta soviético, Georgui Beregovoi, habría podido batir este récord. Su nave Soyuz 3 se aproximó a la nave no tripulada Soyuz 2, al orbitar alrededor de la Tierra sólo una vez, pero debido a los errores cometidos no se logró realizar el acoplamiento con éxito. Posteriormente, las naves estadounidenses Apolo llegaron hasta la estación espacial Skylab en ocho horas. Y las naves soviéticas Soyuz se acoplaron a las estaciones espaciales Saliut tras un vuelo efectuado durante unas 24 horas. Se decidió que el horario de trabajo de los cosmonautas debería ser menos tenso. Pero pasadas las primeras 24 horas de vuelo, los cosmonautas entran en la fase más dura de adaptación a las condiciones de ingravidez. Se observa una elevada dificultad de coordinación, los cosmonautas sienten irritabilidad y depresión lo que puede originar problemas, si la nave pasa al modo manual de mando.
En 1986, tras el lanzamiento de la estación espacial rusa Mir, las naves empezaron a realizar vuelos a ésta de unas 48 horas de duración. Desde aquel momento y durante 26 años, los cosmonautas permanecían dos días en las naves Soyuz. Uno de los diseñadores del nuevo modelo de vuelo ‘rápido’ a la ISS, subjefe de departamento en el grupo aeroespacial ruso RKK Energia, Rafail Murtazin, dijo que la idea de acelerar el vuelo de los cosmonautas surgió cuando las naves Soyuz empezaron a transportar a los turistas a la Estación Espacial Internacional.
A pesar de todas sus ventajas, las naves Soyuz tienen un espacio reducido. Cada uno de los tres tripulantes que está en la cápsula de descenso de la nave Soyuz cuenta con un volumen habitable de 0,5 metros cúbicos o 1,2 metros cúbicos, teniendo en cuenta el compartimento en el cual los cosmonautas descansan. En esta ‘caja’ tres tripulantes pasaban unas 50 horas. El acoplamiento con la ISS se realizaba después de que la cápsula Soyuz orbitase alrededor de la Tierra 34 veces.
Según cuenta Murtazin, la primera turista espacial, Anousheh Ansari, experimentó problemas durante el vuelo de 48 horas hacia la ISS. Muchos cosmonautas opinan que si hay una posibilidad de volar más rápido, es necesario aprovecharla.
El desarrollo del nuevo esquema comenzó hace tres o cuatro años. La nave tuvo que acoplarse a la ISS hasta completar seis vueltas alrededor de la Tierra. Según las estimaciones de los médicos, tras la sexta o séptima vuelta, empieza el período más duro de la adaptación de los cosmonautas a las condiciones de ingravidez. La situación se agrava aún más por la necesidad de girar la nave sobre su eje para estabilizar el vuelo y orientar los paneles solares hacia el Sol. Los tripulantes novatos que miran a través de las portillas se sienten mal. Además, los vuelos de dos días de duración cansan mucho a los cosmonautas que no pueden hacer nada.
Mientras, durante las primeras horas tras el lanzamiento, cuando los cosmonautas sienten la falta de gravedad, la tripulación experimenta una sensación de euforia y exaltación y es necesario que se acople a la ISS durante este período favorable.
Así las cosas, los expertos rusos lograron desarrollar una trayectoria que, por un lado, lleva a la nave a la ISS dentro de 5,5 horas tras el lanzamiento, pero por otro permite en caso necesario, por ejemplo, si aparecen fragmentos de basura espacial, pasar al vuelo de dos días de duración.
Tras tres viajes no tripulados ‘rápidos’ a la estación de los cargueros Progress, este esquema fue probado por los cosmonautas. El esquema tiene varios defectos. En particular, los tripulantes tienen una larga jornada de trabajo, de unas 18 o 20 horas, porque no pueden dormir en órbita. Además, tienen que llevar las escafandras durante unas 11 horas. Pero hay también varias ventajas. Durante el vuelo, Soyuz ahorra unos 25 kilogramos de combustible, lo que le da posibilidades adicionales para realizar maniobras.
Según los expertos de RKK Energia, los comentarios que aducían que las naves Soyuz quedaron obsoletas y son poco confortables para los cosmonautas tenían sentido cuando el vuelo hacia la ISS se efectuaba durante mucho tiempo. Si en un futuro se aplica el esquema del vuelo ‘rápido’, este problema dejará de existir, porque los cosmonautas estarán en la nave durante un período tan corto que no tendrán tiempo para sentir esta incomodidad.
Esto, de hecho, da una nueva vida a la nave desarrollada hace 40 años que, según Murtazin, tiene “posibilidades para modernizarse”.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Iliá Ferapontov
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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