La caída de un bólido que causó el viernes más de un millar de heridos en la provincia rusa de Cheliábinsk, en los Urales, liberó una energía que supera 30 veces la potencia de la bomba atómica de Hiroshima, informó la NASA.
Antes de penetrar en la atmósfera terrestre, el bólido medía unos 17 metros y pesaba unas 10.000 toneladas. La energía liberada se estima en unos 500 kilotones, 30 veces más que en la explosión de la bomba atómica en Hiroshima, en 1945.
“Un evento de tal magnitud ocurre una vez en 100 años como promedio”, señaló Paul Chodas, colaborador del programa de objetos cercanos a la Tierra en el laboratorio de propulsión a chorro de la NASA. “Cuando una bola de fuego es de ese tamaño, numerosos meteoritos pueden alcanzar la superficie y es probable que en este caso lo hayan hecho varios grandes”, dijo.
Datos infrasónicos indican que la caída del bólido, desde su entrada en la atmósfera hasta la desintegración, duró 32,5 segundos. Once de las 45 estaciones de seguimiento situadas en 35 países detectaron ayer la señal infrasónica del bólido de Cheliábinsk.
La trayectoria del meteorito, el mayor registrado en Rusia desde el fenómeno de Tunguska en 1908, era muy diferente a la del asteroide 2012 DA14 que algunas horas después pasó cerca de la Tierra, por lo que los científicos descartan la relación entre ambos.
Expertos del Ministerio ruso de Emergencias siguen buscando fragmentos del bólido que, según una hipótesis, pudo haber caído en el lago Chebarkul, cerca de Cheliábinsk. Un grupo de seis buzos se encargó de comprobar esta versión pero no encontó piezas del meteorito en el lago, comunicó la portavoz de Emergencias, Irina Rossius.
El Ministerio de Emergencias habla de 1.145 heridos, en su gran mayoría leves, aunque 50 personas necesitaron hospitalización, entre ellas, una mujer de 52 años con la fractura de dos vértebras que hoy fue trasladada en un avión especial a Moscú. El Interior menciona la cifra de 1.200 heridos.
Según los datos de última hora, el bólido reventó ventanas y causó otros daños en más de 3.700 edificios residenciales y más de 700 instalaciones públicas. La superficie total de cristales rotos alcanza 200.000 metros cuadrados.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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