El “reparto” de la Antártida puede comenzar en el próximo siglo. En cuanto se desarrolle la tecnología para la extracción de petróleo y gas bajo la kilométrica capa de hielo, como mínimo tres decenas de países reclamarán sus derechos en el sexto continente.
Hoy día trabajan en el más sureño continente los científicos, fundamentalmente estudiando su base de recursos.
Bajo el grueso blindaje helado de la Antártida se esconden enormes reservas de petróleo y gas. Esto es un hecho ya comprobado. Pero hasta ahora su extracción es demasiado compleja e improductiva. Además, a muchos los detiene el status del continente. Según el Acuerdo sobre la Antártida nadie tiene derecho a delinear allí ni límites territoriales, ni explotar yacimientos minerales.
Pero hay una serie de países que en sus constituciones han delimitado territorios de la Antártida. De tal manera, Australia reclama la tercera parte del continente. A partir del principio de la vecindad discuten Argentina e incluso Gran Bretaña. Londres y Buenos Aires apuestan por los sectores adjuntos a las islas Falkland - Malvinas, el status de las cuales no ha sido regulado por ambos. A propósito, Chile también reclama éste mismo sector. Nos aclara la situación el vice jefe de la Expedición Antártica Rusa y colaborador del Instituto del Ártico y el Antártico, Viacheslav Matiánov:
—El territorio que solicita Chile también ha sido reclamado por Argentina y Gran Bretaña como suyo. Si cualquiera de estos países declara que es su territorio, encontrará una reacción, no solo de la comunidad antártica y de los otros dos países descubridores, sino de de los demás países que lo tienen también inscrito como su territorio. El Acuerdo de la Antártida es suficiente para que ninguno de los países dé el primer paso. Otro problema es el océano circundante. Hay contradicciones respecto al derecho marítimo y el acuerdo para la utilización de los yacimientos minerales marinos.
Nueva Zelandia, Francia y Noruega tienen también tiene vistas sobre una parte de la Antártida. Esta última está dispuesta a adjudicarse tierras en el centro del continente que abarcan un área diez veces mayor que el territorio de su propio país. Además, hay una veintena de países que llevan a cabo trabajos científicos en el Polo sur, han realizado ciertos descubrimientos allí y han construido bases para investigaciones. Los expertos señalan que en un futuro las inversiones en la ciencia antártica podrían convertirse en argumentos de derechos sobre su pedacito del sexto continente. Sin embargo, hasta ahora nadie ha revocado el derecho indiscutible de su descubridor a las nuevas tierras, apunta Viacheslav Matianov:
—Hay dos estados reconocidos como descubridores de la Antártida. Rusia realizó la expedición de Bellingshausen y Lázarev en los años 1819-1921. Los norteamericanos mencionan a cierto pirata que aproximadamente al mismo tiempo descubrió la Antártida. Esto ha sido reconocido. Por ello han sido reconocidos dos estados. Según el derecho del descubridor, cualquiera de estos Estados puede proclamar suyo éste continente.
Ni Rusia, ni EEUU han hecho uso de éste derecho hasta ahora. Sin embargo, no será posible evitar el “reparto” de la Antártida. Aproximadamente dentro de unos cien años, el mundo se podría topar con una escasés de recursos, consideran los científicos. Entonces, será necesario solucionar la cuestión del derecho a extraer petróleo y gas del Polo sur. El doctor en geología Alexander Lobusev está convencido de que este proceso será pacífico:
—Algunos países podrán permitirse la colonización económica de la Antártida, pero todo parece indicar que se tratará de un sistema de interrelaciones jurídicas. Lo más probable es que la Antártida será colonizada por consorcios internacionales. Por ejemplo, bajo la égida de Rusia, EEUU o China. Nuestra Rosneft alcanza el nivel de las compañías prioritarias en todo el mundo, a causa del proyecto de la plataforma continental junto a Novaya Zemliá en el Mar de Kara. Esto tiene un carácter internacional. Tendrá lugar una unión y se limarán las asperezas de las interrelaciones entre los países. Aunque, si apareciera una aguda escasez de recursos, podría comenzar un proceso inverso, de agudización de las relaciones.
El Acuerdo de la Antártida, que prohíbe la extracción de recursos en el territorio del continente, es revisado cada cincuenta años. En la revisión del 2009 no se introdujo ningún cambio en el documento. Los expertos no excluyen que para el próximo encuentro de los representes de los países miembros del Acuerdo, puedan ser elaboradas propuestas respecto a las fronteras. En 1959 el Acuerdo fue firmado por doce países que en aquel momento querían llevar a cabo trabajos en el continente, incluidos Rusia y EEUU. Ahora este acuerdo cuenta con la participación de más de cuarenta y cinco países.
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)
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