Se aproxima a su fin la cumbre del Movimiento No Alineado (26-31
de agosto) que tiene por escenario la capital de Irán. Representantes de más de
cien naciones se dieron cita en Teherán. treinta y seis de ellos son
presidentes, vicepresidentes o primeros ministros. Un nivel de representación
tan alto permite a la República Islámica afirmar que el foro tuvo éxito,
independientemente de sus resultados, opinan expertos.
El Movimiento No Alineado es la segunda organización en el mundo
después de la ONU por el número de participantes. La integran unos ciento veinte
países, otros quince tienen el status de observadores. Pero no podemos afirmar
que tenga mucha influencia, sostiene la experta Elena Melkumián.
El Movimiento No Alineado surgió durante la guerra fría, cuando
muchos países no querían adherirse a ningún bloque y aplicar su propio rumbo
independiente. No todos los países lo lograban, pero en aquellos años el
Movimiento realmente tenía influencia. Ahora ya no hay unidad en sus filas.
No obstante, parece que esta vez, al asumir la presidencia pro
tempore de tres años, Irán intenta encontrar ese factor de cohesión: la suerte
de Siria y su presidente, Bashar Asad. De un lado, los países del Golfo Pérsico
renunciaron a asistir a la cumbre precisamente por discrepar con Teherán
respecto al problema sirio. Al propio tiempo, en aras de salvar a Damasco, hay
quienes están dispuestos a olvidar la enemistad de antes. Por primera vez en los
últimos treinta años y pico, un presidente de Egipto visitará a Irán. Las
relaciones entre ambos países quedaron rotas en 1979, debido a que Egipto había
concedido asilo político al Sha iraní Mohammad Reza Pahlevi, derrocado a raíz de
la revolución islámica. El actual mandatario egipcio, Mohamed Mursi, ha avanzado
en Teherán la propuesta de constituir, junto con Turquía, Irán y Arabia Saudí,
un grupo de contacto para Siria. Los detalles de esta oferta, de momento, no se
revelan.
Irán ha elaborado su propio plan de arreglo, muy similar al de
Kofi Annan, ex enviado especial de la ONU y la Liga Árabe. La diferencia radica
en que los iraníes proponen sentarse a la mesa de negociaciones no a todas las
partes en conflicto, sino tan sólo a los dirigentes actuales y a la oposición
interna, esgrimiendo como argumento que la oposición externa no podrá satisfacer
las necesidades reales del pueblo sirio, por lo cual no tiene derecho a
voto.
Los participantes en la cumbre discutirán todas estas iniciativas
en presencia del Secretario General de la ONU quien decidió asistir a la cumbre,
a pesar de las objeciones de EEUU, Canadá e Israel. Ban Ki-moon ha preferido
discutir personalmente con los líderes del Movimiento No Alineado el programa
nuclear iraní, la observancia de los derechos humanos y otros puntos de la
agenda.
El propio hecho haber acertado con las prioridades y definido
correctamente las metas de la cumbre, le da a Teherán motivos para hablar del
éxito del evento, opina el experto del Instituto ruso de Análisis Estratégico,
Azhdar Kurtov:
—Sin lugar a dudas, será un
triunfo de la diplomacia iraní. Puesto que Irán ha sabido convocar en su
territorio una cumbre tan importante, aun cuando muchos de los altos cargos no
hayan acudido, será un testimonio de que Irán no se halla en aislamiento
político.
La cumbre concluirá su labor el viernes, 31 de agosto con la
aprobación de la declaración final, luego de lo cual, durante tres años Teherán
representará en la palestra internacional a todos los miembros del Movimiento No
Alineado
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)
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