La economía de Kosovo está que revienta con tantas inversiones.
Es cierto que la mayoría de los inversionistas, no por casualidad, son estadounidenses, vinculados directamente la democratización de Yugoslavia de fines de la década del noventa.
Entre ellos sobresale, y que nadie se extrañe, el ex jefe de las fuerzas de la OTAN en Kosovo, el general en retiro Wesley Clark, quien está ansioso de invertir en la antigua provincia yugoslava más de mil quinientos millones de dólares. Los expertos hablan de una cierta estrategia de Washington, condensada en la consigna: “Conquista y saquea”.
A juicio de sus acólitos, Wesley Clark es por lo menos un gran estratega. El militar escribió justamente el libro aparecido en 2001 con el título de, “Cómo triunfar en una guerra contemporánea”. El escritor menciona en su investigación fundamental la lista confeccionada por el Pentágono de los países candidatos a un derrocamiento acelerado de régimen. En la nómina figuraban Iraq, Irán, Siria, el Líbano, Libia y Somalia. Wesley Clark no escribía de Yugoslavia: a esa altura ya habían acabado con el indeseable régimen de Milosevic mediante los humanitarios bombardeos de precisión.
A propósito, muy poco después de la operación en Kosovo, el infatigable general abandonó las charreteras para dedicarse de inmediato al negocio bancario. Al parecer, invirtió en ello todos sus honorarios acumulados como general, de ciento cincuenta a doscientos mil dólares al año. Pudo ganar unos extras también como analista militar en distintas cadenas norteamericanas de TV. No perdió naturalmente los contactos con Kosovo donde, como se sabe, después de la democratización, la iniciativa privada, sobre todo en la medicina, conoció allí sus mejores días. Y he aquí que la compañía “Envidity”, de propiedad ahora de Wesley Clark, pidió a las autoridades de Kosovo la autorización para extraer carbón. Serbia que, como se sabe, no reconoce la independencia de la provincia, anunció que se propone exigir la defensa de los recursos naturales pertenecientes al Estado. Solo que, como ocurre, nadie piensa pedir permiso a Belgrado.
El saqueo, como se sabe, es el paso siguiente después de la conquista. Las personas que llegaron al poder en Kosovo, en 1999, con las agrupaciones terroristas albanesas (y ahora los controlan), eran de veras grandes estrategas en materia del robo mas flagrante. Los medios de difusión escribían en sus días que el embajador de EEUU en Kosovo, Christopher Dell tenía un negocio vinculado al combinado kosovar de enriquecimiento de minerales “Trepcha”. El diplomático invirtió también en la construcción de una autopista desde Albania a Kosovo. Además, asegura el trabajo de la compañía telefónica de Kosovo, cuyo paquete mayoritario de acciones está en manos de “una santa”, la ex secretaria norteamericana Madeleine Olbright, la misma que cierta vez lamentara que la agresión de la OTAN a Yugoslavia no hubiese ocurrido antes.
El general Clark tuvo siempre excelentes relaciones con el gobierno de Kosovo y con el primer ministro, el ex terrorista Hashim Taci. En Prístina hay incluso una calle que lleva el nombre de Wesley Clark. El politólogo ruso, general en retiro Leonid Ivashov, ya en el proceso contra Slobodan Milosevic denunciaba el singular carácter de las relaciones de las tropas de la OTAN y de los terroristas del denominado “Ejército de Liberación de Kosovo”. Como se puede apreciar, aquella cooperación reportó frutos no solo políticos, sino también económicos, apunta el periodista serbio Nikola Vrzic:
—Es evidente que, en el tiempo de esa colaboración, ya desde 1998 pactaban ciertos acuerdos de negocios, se ponían de acuerdo. Ahora se torna claro, definitivamente, que los bombardeos perseguían no solo el objetivo político de arrancar Kosovo de Serbia, sino también económico, privar al país de las enormes riquezas naturales de la provincia meridional. El carbón es quizás el recurso principal de Kosovo, aunque los geólogos hablan también de reservas de otros minerales, los que no han sido aún investigados.
Vale destacar que en el contexto de un mercado del petróleo inestable, y la comprensión de que las reservas de oro negro no son infinitas, los expertos hablan a menudo del carácter promisorio de la producción de combustible sintético, incluso del carbón. La empresa de Wesley Clark confía en que, en Kosovo se podría producir al día hasta unos cien mil barriles de la nueva fuente de energía. Y mas tarde, es posible, que podrían aumentar. Y ello porque las reservas de carbón en Kosovo se calculan en unos dieciseis mil millones de toneladas, o el 70 % de todas las reservas de Serbia.
No se ocultan mucho las raíces económicas de los juegos bélicos de la OTAN. Ya a mediados de la década del noventa, en plena guerra fratricida en Yugoslavia, ciudadanos de países de la OTAN compraban entusiastamente bienes raíces en la república balcánica. Absurdo, dirá usted. No, es parte de la estrategia, responden las fuentes próximas a los servicios occidentales. Los compradores se habían preparado para la nueva realidad “postyugoslava”. Y Kosovo fue un buen polígono, destacaban entrevista a nuestra emisora Pavel Kandel, experto del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia.
—Kosovo fue el precedente, el primer eslabón en la estrategia de las intervenciones humanitarias de los países de la OTAN, encabezada por EEUU. Resulta que, poco antes de la operación en Kosovo fue aprobada, por insistencia de Washington, la nueva doctrina de la alianza que investía, al antes bloque defensivo, de tareas que rebasaban los límites de la defensa de los países participantes. En otras palabras, admitía la posibilidad de la intromisión en otras regiones del mundo, con el pretexto que se les antojara.
Pero, es un pecado renunciar a la variante ya probada. El carbón está bien, pero el petróleo es cotizado aún. Todo continuó según la nómina del Pentágono citada anteriormente: Iraq, Somalia, Libia. Es verdad que con Siria no resulta por ahora, porque Damasco desea el mismo desarrollar la democracia sin la ayuda humanitaria occidental. Y con Irán hay dificultades. Pero, a los estrategas económicos les sobran las balas y la paciencia, y los generales magnates están siempre dispuestos a las inversiones…
Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)
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