La defensa antimisiles de la OTAN puede crear un nuevo telón de acero en Europa
El pasado 3 de mayo, se inició una nueva etapa de la confrontación entre Rusia y Estados Unidos por el sistema de defensa antimisiles que EEUU y la OTAN están desplegando en Europa (EuroDAM).
En la capital rusa se inauguró la conferencia internacional de defensa antimisiles, mientras que Washington y Moscú (los actores principales de este evento) siguen sin resolver sus discrepancias al respecto: Rusia continúa hablando de amenazas, mientras que Occidente lo pasa por alto de manera notable.
En respuesta, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia reafirma su disposición a tomar medidas técnico-militares si no acuerda con EEUU y la OTAN el futuro de la defensa antimisiles en Europa.
Antiguas amenazas en la nueva coyuntura
Ambas partes continúan sus debates como si estuvieran en el espacio vacío y no oyeran bien. Rusia centra la atención en las amenazas que supone el EuroDAM para sus fuerzas nucleares estratégicas, mientras que Washington finge no entender de lo que se trata.
En respuesta, los militares rusos conscientemente aumentan la tensión en las llamadas negociaciones con EEUU que, de hecho, carecen de indicios formales del diálogo.
El jefe del Estado General Mayor ruso, general Nikolái Makárov, volvió a advertir de que en caso “de deterioro de la situación” Rusia se reserva la posibilidad de lanzar un ataque preventivo para destruir las infraestructuras de defensa antimisiles que EEUU y otros miembros de la OTAN planean instalar cerca de su frontera.
“El emplazamiento de nuevas armas ofensivas en el sur y el noroeste de Rusia para abatir los elementos del escudo antimisiles, incluido el despliegue de sistemas de misiles Iskander en la provincia de Kaliningrado, representa una de las posibles variantes para destruir la infraestructura de defensa antimisil en Europa”, dijo Makárov.
No hay nada extraordinario en esta advertencia hecha por el general Makárov ante los participantes de la conferencia internacional organizada en Moscú por el Ministerio ruso de Defensa.
Ya se ha mencionado en reiteradas ocasiones la posibilidad del uso preventivo de los medios de destrucción, incluidos los sistemas de misiles Iskander, contra los elementos del escudo antimisiles que está desplegándose en Europa. En particular, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, hizo la respectiva declaración en noviembre pasado.
Pero esta vez la delegación rusa no solo amenazó con responder con “medidas adecuadas” sino que también explicó en detalle las causas de sus preocupaciones que provocaron la reacción tan dura.
El fin del mundo acompañado con la muestra de diapositivas
El jefe adjunto del Estado Mayor General ruso, Valeri Guerásimov, que hace una semana fue nombrado comandante del Distrito Militar Central de Rusia, presentó un modelo computerizado de lanzamientos de misiles del territorio de Rusia después de que EEUU desplegara sus nuevos radares y sistemas interceptores en Europa, que funcionarían en conjunto con los elementos del DAM estadounidense desplegados en las bases Ft. Greely, en Alaska, y Vandenberg, en California.
Además de destacar que el sistema global de defensa antimisiles de EEUU representa serias amenazas, los militares rusos han demostrado que poseen buen sentido de humor. Lograron probar en su modelo computerizado que en caso de un ataque hipotético de Irán contra EEUU, los elementos del EuroDAM serán incapaces de interceptar los misiles iraníes durante su vuelo en el cielo de Europa o que podrían interceptarlos junto con los misiles rusos lanzados desde la parte europea de Rusia, lo que contradice a las declaraciones de Washington.
En caso del desarrollo de un escudo antimisiles conjunto de Rusia y la OTAN, los modernos sistemas rusos, que tienen casi las mismas características que los sistemas estadounidenses, podrían desplegarse en el sur de Rusia para prevenir las anunciadas amenazas por parte de Irán. Pero la OTAN no da su visto bueno a tal integración de los sistemas de defensa antimisiles de Rusia y EEUU.
Los esquemas de simulación presentados no demostraron la vulnerabilidad total de los misiles rusos lanzados contra EEUU, sino solo la capacidad técnica de EEUU de interceptarlos, incluso desde varias direcciones. Además, se planteó la cuestión sobre la vulnerabilidad de las zonas en las que cumplen misiones de patrullaje los submarinos portamisiles estratégicos de Rusia.
La respuesta del subsecretario general de la OTAN, Alexander Vershbow, fue demasiado vaga. Al declarar que no está de acuerdo con las conclusiones de los militares rusos, el diplomático señaló que Rusia dispone de un gran número de misiles nucleares que, en caso necesario, pasarán seguramente a través del escudo antimisiles de EEUU.
“El sistema de defensa antimisiles de la OTAN podrá interceptar solo un pequeño número de misiles balísticos relativamente imperfectos, no tendrá potencial para neutralizar las fuerzas rusas de disuasión nuclear”, aseguró Vershbow.
La asesora del Pentágono, Madeleine Kridon, confirmó las declaraciones de Vershbow, elogiando la potencia y perfecta dotación de armamento y material moderno de las conjunto de misiles estratégicos de Rusia. Según ella, este arma es capaz de abatir el escudo antimisiles de EEUU en principio, o al menos este no puede afectar a la capacidad de disuasión nuclear de Rusia.
Así las cosas, parece que no hay nada que discutir. “No aceptaremos ninguna restricción al sistema”, agregó Kridon.
No son los ladrillos los que representan una amenaza sino el muro
Los estadounidenses evitaron comentar la tesis principal en la que centró la atención en su discurso el jefe adjunto del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valeri Guerásimov. Se trata de una buena integración de los sistemas interceptores y de información que forman parte tanto del escudo antimisiles nacional de EEUU como del EuroDAM cuando funcionen en tiempo real.
Además, Kridon destacó que iba a distinguir el escudo antimisiles nacional del EuroDAM porque estos dos proyectos tienen objetivos distintos. Pero el efecto sinérgico del plan estadounidense consiste en una estrecha interacción de varios elementos de sistemas de defensa antimisiles dispersos por el mundo.
Los ladrillos por separado no impiden a Rusia a asestar un golpe de represalia. Pero cuando estos ladrillos se formen un muro, este ofrecerá nuevas capacidades de defensa a EEUU. ‘El telón de acero’ entre el Este y el Oeste puede volver a crearse sobre una nueva base técnico-científica.
La flexibilidad de la integración en una red de los actuales radares y sistemas interceptores, incluidos sistemas móviles y espaciales, y los que van a desarrollarse en un futuro, hace tomar en serio la amenaza hipotética para las fuerzas nucleares estratégicas de Rusia.
Hoy en día esta amenaza no existe, pero ¿quién garantiza que no va a surgir en un futuro? ¿Qué sistemas interceptores se integrarán en el escudo antimisiles global de EEUU dentro de 10 o 20 años?
Ahora incluso los participantes de una conferencia internacional que se celebró en Moscú no pudieron encontrar fórmulas de compromiso para resolver el problema, que puede dar impulso a una nueva espiral de la carrera armamentística.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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