El Gobierno de Rusia presentó recientemente la
estrategia de desarrollo de la cosmonáutica nacional hasta el año 2030. La
estrategia prevé que en las próximas décadas Rusia debe asegurarse un lugar en
la primera “troika” de potencias espaciales.
La estrategia prevé el desarrollo del segmento de prestación
de servicios relacionados con el espacio, la creación de nuevas naves, entre
ellas de uso múltiple y para vuelos a otros planetas.
Plan para 18
años
De momento, el documento propiamente dicho todavía no ha sido
publicado. Es más, incluso en el sitio web de la agencia espacial Roscosmos no
hay referencias sobre el particular. Sólo el periódico Kommersant publicó una breve reseña de la
estrategia, citando un documento a su disposición. Lamentablemente, los datos
citados no permiten juzgar con detalle las actividades que deben proporcionar
las metas deseadas. Por lo demás, tales documentos no se escriben simplemente
por los detalles. El objetivo central que se persigue para los próximos decenios
es asegurar a Rusia un lugar entre las primeras tres potencias espaciales.
Desde el punto de vista estratégico el programa espacial ruso se
desarrollará en tres direcciones. Primero: el desarrollo y aprovechamiento de
los aparatos, tecnologías y servicios espaciales. Segundo: la creación de
aparatos espaciales tripulados, de carga y naves interplanetarias para la
conquista del espacio cósmico, incluidos los transbordadores. Y tercero: la
creación de una reserva técnico-científica para un vuelo pilotado a Marte y una
estación orbital de nueva generación, ya que la EEI será dada de baja en
2020.
No se puede decir que la estrategia sea completamente inesperada,
al contrario: todas las tesis enumeradas fueron citadas en entrevistas y
declaraciones hechas por representantes de Roscosmos. Casi todos los problemas
de que se habló en los últimos meses se vieron reflejados en el texto, incluida
los problemas que supone la compra de equipos y componentes extranjeros, la
construcción de un cosmódromo en Rusia y la creación de transbordadores. La
parte científica de la estrategia presenta algunos tintes más fantásticos. Sobre
el telón de fondo de los últimos fracasos del programa de investigación
planetario de Rusia, los planes de vuelos pilotados a la Luna, la exploración de
Marte, Venus y Júpiter, y el empleo de los asteroides confieren al documento un
corte de ciencia ficción. Pero incluso si nos apartamos de esos planes, la
estrategia igualmente produce cierta perplejidad.
Vivir mucho
tiempo y feliz
Indiscutiblemente es mejor ser rico y estar sano, que ser pobre y
estar enfermo. Pero, por el momento, por deplorable que parezca, debemos
constatar que el programa espacial ruso más parece que es pobre y está enfermo.
Quiérase o no, Rusia sigue siendo el principal país dedicado al “transporte
espacial” y paralelamente, uno de los países menos activos en la exploración
espacial, con objetivos económicos o científicos.
El año pasado concluyó la formación del grupo orbital GLONASS y
asimismo se lanzaron varios aparatos espaciales con fines diferentes. Por lo
demás, el lanzamiento de los aparatos es apenas el principio del asunto, igual
que en el caso de GLONASS, hay que tener presente que todavía hay que pensar
cómo garantizar el mantenimiento permanente del grupo orbital y de la
sustitución de los satélites que queden fuera de servicio, lo que en Rusia no
ocurría hace mucho tiempo.
Tras el fracaso de la estación marciana rusa Fobos-Grunt se
produjo cierta pausa en el ámbito espacial. Sobre este telón de fondo parece ser
más realista el trabajo en las misiones automáticas, cuyos objetivos, serán, por
ejemplo, no sólo los buenos resultados científicos, sino también la “larga vida”
de los ingenios. Lamentablemente, una de las desgracias de los últimos años de
la ciencia nacional no sólo consistió en la poca cantidad de lanzamientos, sino
también en la “corta vida” de los aparatos lanzados.
La Luna y seis
Peniques
Al parecer todo esto también lo comprenden los autores de la
estrategia, aunque la lectura del documento o mejor dicho el relato de ese
documento deja la sensación de que de los problemas se habla superficialmente.
¿La ausencia de un cosmódromo propio en Rusia puede echar a perder la
cosmonáutica nacional? Difícilmente, las directivas existentes permitan resolver
la mayoría de las tareas e incluso, según algunas evaluaciones, hacer algo más.
“¿Los asteroides y cometas representan algún peligro para nosotros?” Seguramente
debemos protegernos de alguna manera, pero este asunto está lejos de ocupar el
primer lugar en la fila de tareas de la ciencia de nuestros días. Incluso la
base de elementos de producción extranjera, que indudablemente debe ser
sustituida por componentes de fabricación nacional, no representa un obstáculo
infranqueable para el desarrollo de la cosmonáutica nacional.
Esas mismas desgracias que “echan a perder” la cosmonáutica
nacional se denominan crisis sistémica: desgaste de los equipos, ausencia de
especialistas calificados, y divorcio entre las generaciones, incluyendo la
falta de objetivos claros del quehacer espacial. Si este último objetivo puede
resolverlo una estrategia aparte, los demás “arrastran” la cultura
técnico-científica común del país.
Es posible que la estrategia también responda a estos
interrogantes, pero mientras no se publique su texto, es imposible juzgar al
respecto.
El restablecimiento de la preparación de ingenieros y la creación
de una base elemental propia son procesos más bien lentos, de modo que el
resultado real podrá verse, por lo visto, no antes del año 2020. Y esto siempre
y cuando no cambie la política aprobada hoy y la financiación sea ininterrumpida
y suficiente.
A propósito, el presupuesto de la Agencia Espacial Rusa, que en
2012 es del orden de los 140 mil millones de rublos (de ellos unos 104 mil
millones corresponden al programa espacial federal), para 2014 deberá ascender a
los 174 mil millones de rublos. Podría decirse que es poco en comparación con el
presupuesto de la NASA de 17.700 millones de dólares solicitados para el año
financiero 2013), pero, de por sí, la propia tendencia es alentadora. Queda poco
por hacer: a la par con el aumento del presupuesto obtener buenos
resultados.
Viejo Condor
La Voz de RusiA (sic)
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