El primer ministro ruso, Vladímir Putin
Rusia condena la violencia desatada en Siria pero se opone a cualquier injerencia extranjera en este país, declaró hoy el primer ministro ruso, Vladímir Putin.
"Condenamos cualquier tipo de violencia independientemente de donde provenga, pero no se puede actuar como un elefante en una cacharrería. Se debe dejar a la gente que decida su futuro por sí misma", apuntó.
Durante casi un año Siria es escenario de violentos enfrentamientos entre la oposición y las fuerzas gubernamentales que, según datos de la ONU, han causado ya más de 5.000 muertos.
El Gobierno sirio reporta, a su vez, más de 2.000 muertos entre los soldados y policías que se enfrentan a milicias fuertemente armadas.
Putin señaló que otros países pueden "ayudar o aconsejar a la hora de limitar algunas cosas, por ejemplo que las partes enfrentadas no tengan la posibilidad de usar armas, pero en ningún caso intervenir".
Recordó a este respectó a Libia, país en que el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó la intervención de la OTAN. Como consecuencia, el régimen de Muamar Gadafi fue derrocado pero sin lograr restablecer la paz.
El pasado 4 de febrero, Rusia y China vetaron en el Consejo de Seguridad de la ONU un borrador de resolución contra el régimen del presidente sirio Bashar Asad. Moscú y Pekín dieron ese paso para impedir que en Siria se reedite el "guion libio", es decir, una intervención militar extranjera.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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