Rusia planea desarrollar un nuevo misil balístico intercontinental de combustible líquido para poder burlar el futuro sistema estadounidense de defensa antimisil, comunicó hoy el teniente general Serguei Karakáiev, comandante de las Tropas rusas de misiles estratégicos (TME).
“Ya se ha tomado la decisión de crear un nuevo sistema de emplazamiento en silos con misil pesado de combustible líquido y tendrá mayor potencial para superar el futuro escudo antimisil de EEUU”, declaró Karakáiev.
Agregó que el nuevo misil va a reemplazar al famoso R-36M2 Voivoda que todo el mundo conoce bajo el nombre de SS-18 Satan, o Satanás.
El general no descartó que EEUU vaya a emplazar sus sistemas antimisiles en el espacio. Para Rusia “es más conveniente en esa situación crear un nuevo MBI que use combustible líquido y tenga al despegar una masa del orden de 100 toneladas”. La relación entre la carga útil y la masa al despegar en tales cohetes es mucho mejor que en los misiles similares de combustible sólido, dijo.
El nuevo misil pesado, según él, también ayudará a las TME a desarrollar “armas estratégicas de alta precisión con ojivas convencionales de alcance prácticamente global, a menos que EEUU renuncie a la creación de tales sistemas”.
Karakáiev aseguró que la presencia de modernos misiles en el arsenal de las TME subirá a un 60% para 2016 y a un 98% hacia 2021.
Siete de cada 10 misiles rusos han agotado su plazo de garantía a día de hoy. Sin embargo, al menos un 96% de los misiles en el arsenal del Ejército están listos para un uso inmediato, si es necesario.
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