lunes, 29 de agosto de 2011

Rusos preocupados por sucesos en Libia



Los sucesos en Libia son tema de acaloradas discusiones en la sociedad rusa. De acuerdo con los sondeos de opinión, los ataques aéreo contra Libia son condenados por el 80% de los rusos.

El sociólogo Borís Kagarlitski, opina:

Es completamente natural que la mayoría de los rusos haya condenado los bombardeos de la OTAN contra Libia. En Rusia, en principio se manifiesta una actitud extremadamente negativa hacia la OTAN, lo cual está en línea con la tendencia mundial. En el mundo árabe vemos un gran respaldo a la propia revolución y a los movimientos de masas, y, al mismo tiempo, una actitud negativa hacia la injerencia de la OTAN.

En los blogs rusos esa operación es denominada “barbarie contemporánea” y “ajuste de cuentas entre bandidos al estilo del Far West”, más aún que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, según los encuestados, no daba derecho a las fuerzas de la coalición a bombardear ciudades y pueblos, y menos aún tomar parte en operaciones terrestres.

En las filas del Consejo Nacional de Transición, que se autodenominó único órgano legítimo de poder, reina una escisión y difícilmente consiga estabilizar la situación en el país.

Por el contrario, politólogos rusos coinciden en opinar que la guerra civil en Libia continuará y el país largo tiempo aún no verá paz, estabilidad ni una dirigencia normal.

Actualmente, el Consejo Nacional de Transición está consintiendo en silencio los planes de las fuerzas de la coalición tendentes a dividir el petróleo libio, a establecer el control de los pozos y terminales de exportación de petróleo.

Y al mismo tiempo señala que Rusia, a la par con China y Brasil, tendrán problemas “por consideraciones políticas” con los contratos petroleros
.

Desde el mismo principio de la agresión los países de la coalición antiGadafi no ocultaban sus objetivos: el petróleo libio, sus reservas naturales, la división de las esferas de influencia en ese país, y todo esto al margen de la ONU.

La actitud de la coalición hacia Libia es como hacia un valioso trofeo.

Ya se pronuncian tesis sobre que precisamente los participantes de los bombardeos deben repartir la presa.

Por eso la ONU no es ninguna autoridad.

Esta declaración, en particular, ha sido hecha días atrás en el contexto de la próxima conferencia internacional “los amigos de Libia”, que se celebrará en París. Rusia no ha sido invitada –declaró la Cancillería en Moscú.

Rusia no tomó parte en la operación bélica, al igual que no lo han hecho China, Alemania, la República Sudafricana y Brasil, aunque tampoco permaneció indiferente: no vetó la resolución 1973 y, por consiguiente, se adhirió a las sanciones contra Libia.

De ahí que sean poco perspicaces las tentativas de apartar a Rusia y a los países arriba mencionados de las discusiones sobre el futuro de Libia, si bien la OTAN realiza tales tentativas de forma permanente –dice el experto del Instituto ruso de Estudios Estratégicos, Azhdar Kúrtov:

En los documentos aprobados por la OTAN en los últimos dos años, se definen con claridad meridiana las pretensiones de la OTAN de sustituir a la ONU.

Al vencer a Gadafi, aunque aún es temprano para hablar de una victoria definitiva, la OTAN también procurará disponer de los frutos de la victoria, sin prestar la menor consideración a otros países, al Consejo de Seguridad de la ONU, cuyos miembros permanentes son tanto Rusia como China.


He ahí el porque Moscú previene a todas las partes: la reconstrucción posbélica de Libia debe llevarse a cabo exclusivamente bajo la égida del Consejo de Seguridad de la ONU.

Viejo Condor
La Voz de Rusia (SIC)

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