“Algunos jóvenes entrevistados anoche por NRK dijeron que había dos criminales, y no uno como se pensaba”, comunicó la cadena.
Un inspector de la Policía dijo a esta fuente que “es necesario averiguar cuanto antes si realmente había un número dos”.
Según algunos testimonios, los terroristas tenían prisa pero remataban a los heridos.
De momento hay un solo detenido: Anders Behring Breivik, de 32 años, un militante de extrema derecha que se disfrazó de agente y abrió fuego indiscriminado en un campamento juvenil del gobernante Partido Laborista, de izquierdas.
La tragedia se desencadenó poco después de que una explosión causara siete muertos y una veintena de heridos en pleno centro de Oslo, cerca de la seda del Gobierno, y en vísperas de una visita que el primer ministro noruego y líder laborista, Jens Stoltenberg, iba a realizar al campamento de Utoya.
El pasado 17 de julio, Breivik dejó en su cuenta de Twitter un único mensaje: “Una persona de fe tiene fuerza igual a la de 100.000 que solo tienen intereses”. La Policía sospecha que Breivik adquirió seis toneladas de fertilizantes hace unas semanas. El hombre posee una granja pero ese material, en principio, podía usarse para la fabricación de la bomba que estalló el pasado viernes en el centro de Oslo.
El doble atentado de ayer, que el primer ministro Stoltenberg calificó de crimen más grave vivido por Noruega desde la Segunda Guerra Mundial, causó alrededor de 30 heridos, entre ellos, 20 muy graves, según una fuente médica citada hoy por el diario Aftenposten.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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