• Una carpeta azul con los planos, presupuesto y plazos del proyecto para la construcción del primer submarino nuclear argentino aguarda ser evaluada por Cristina de Kirchner. «Está a consideración de la Presidente, quien deberá definir si son necesarios mayores estudios y profundizar la tarea que venimos desarrollando o si ella estima que con esto podemos avanzar hacia el anuncio», dijo el ministro de Defensa Arturo Puricelli ante la consulta de este diario.
El funcionario no quiso dar más detalles que un parco «hay un equipo de trabajo que está desarrollando el proyecto», para agregar que «ya tenemos decidido cuál va a ser la plataforma nuclear» (el casco del submarino). «No hablaré mas del tema hasta tanto tengamos la decisión de la Presidente», remarcó.
El proyecto, hoy secreto, llamado Submarino de Propulsión Nuclear con Armamento Convencional, comenzó a tomar forma a mediados del año pasado, luego de que Nilda Garre, en ese entonces titular de Defensa, anunciase con bombos y platillos que ese ministerio estaba trabajando en la posibilidad de desarrollar un reactor nuclear para la propulsión de submarinos. Aunque el anuncio de Garre en junio de 2010 despertó algunas reacciones en sordina en la Armada, acostumbrada a manejarse en un silencio sin ecos como el que debe rodear a este tipo de naves de inmersión en el momento de realizar sus patrullajes y ataques, el proyecto siguió adelante cuando en diciembre el santacruceño Puricelli tomó la cartera de Defensa.
La INVAP (tecnología espacial y nuclear) y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ya dieron los últimos trazos al reactor CAREM para adaptarlo al prototipo del futuro submarino, cuyo casco será un modelo TR -uno de los tres submarinos que fueron comprados, por el país a la alemana Thyssen en los 80-. Actualmente «en gradas» en el astillero Dome-cq García de la Costanera Sur, el Santa Fe (todos los submarinos tienen un nombre con «S») está en proceso de armado en un 75%, después de dormir, desamblado, en varias decenas de contenedores durante dos décadas. Se ¡ calcula que estará listo como «plataforma» convencional para 2015: de allí en más se trabajaría en la colocación del reactor nuclear.
Entre los reparos al proyecto, al que algunos califican de faraónico y desproporciona do frente al recorte de recursos que vino sufriendo el área de Defensa, está el que afirma que el casco del TR es in-viable en espacio y densidad para alojar un reactor nuclear, el «gadget» con Cuya propulsión estos submarinos logran mayor velocidad y autonomía que sus similares diesel-eléctricos. «El principal problema a resolver en uno de propulsión nuclear es el desarrollo de un reactor compacto y silencioso, además de adicionales que tienen que ver con el diseño del casco y hélices, para minimizar rozamiento y evitar cavitación», dijo a este diario el ingeniero Guillermo Martínez Funes, profesor titular del EST/IESE. «Eso no está fuera del alcance de la capacidad nacional, de contarse con la financiación adecuada: las limitaciones son de naturaleza política y económica,y no tecnológicas.,agrega.
La solución -afirmó un experto familiarizado con el proyecto- es que «al TR se le haría un corte a la altura de la cuaderna 1792 para agregarle una sección de 12 metros»
.Esto permitiría ampliar el espacio requerido para colocar el reactor en el submarino.
En cuanto a recursos, nadie se anima, todavía, a dar una cifra concreta: las estimaciones van desde u$s 100 millones para poner a punto un «casco» a u$s 2.000 millones para el ciclo del proyecto completo, que podría estar finalizado antes de 2023.
Lo de la fecha es importante: aunque en el Gobierno nadie quiere decirlo en voz alta, la hoja del almanaque está marcada en Brasil. El sábado 16, en astilleros de la Armada brasileña en Río de Janeiro se inició la construcción de los primeros cuatro submarinos Scorpene (tres convencionales, uno a propulsión nuclear). El primero de los tres estaría listo en 2015 y el «nuclear» en 2023. «Se necesita continuidad política durante 10 años», dice el experto en temas de defensa Fabián Calle, «y así podríamos tenerlo listo incluso antes que Brasil». ¿Carrera armamentística o marketing estratégico? Frente a la diferencia de escala con Brasil y en momentos que sólo Francia, EE.UU., Gran Bretaña, Rusia, China y ahora India tienen «nucleares», es cuestión de quién llega antes en el Atlántico Sur. Como la rusa Laika en el Sputnik 2, aunque después EE.UU. haya sido la conquistadora del espacioy no tecnológicas», agrega
.Esto permitiría ampliar el espacio requerido para colocar el reactor en el submarino. En cuanto a recursos, nadie se anima, todavía, a dar una cifra concreta: las estimaciones van desde u$s 100 millones para poner a punto un «casco» a u$s 2.000 millones para el ciclo del proyecto completo, que podría estar finalizado antes de 2023.
Lo de la fecha es importante: aunque en el Gobierno nadie quiere decirlo en voz alta, la hoja del almanaque está marcada en Brasil. El sábado 16, en astilleros de la Armada brasileña en Río de Janeiro se inició la construcción de los primeros cuatro submarinos Scorpene (tres convencionales, uno a propulsión nuclear). El primero de los tres estaría listo en 2015 y el «nuclear» en 2023. «Se necesita continuidad política durante 10 años», dice el experto en temas de defensa Fabián Calle, «y así podríamos tenerlo listo incluso antes que Brasil». ¿Carrera armamentística o marketing estratégico? Frente a la diferencia de escala con Brasil y en momentos que sólo Francia, EE.UU., Gran Bretaña, Rusia, China y ahora India tienen «nucleares», es cuestión de quién llega antes en el Atlántico Sur. Como la rusa Laika en el Sputnik 2, aunque después EE.UU. haya sido la conquistadora del espacioy no tecnológicas», agrega.
Viejo Condor
Ambito Financiero (SIC)
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