Ayman al-Zawahiri
El domingo 19 de junio cumplió 60 años el nuevo líder de la organización terrorista “Al Qaeda”, el egipcio Aymán al Zawahiri, a lo largo de los últimos 10 años, prófugo de los servicios secretos estadounidenses.
Días antes en Internet apareció el anuncio de que en adelante será líder del grupo terrorista más peligroso del mundo.
No existe ningún vínculo entre estos dos acontecimientos: los terroristas islámicos no acostumbran hacer regalos a sus líderes porque en el Islam lo más importante es adorar a Alá y además en Oriente los cumpleaños son celebrados con mayor moderación que en los países occidentales.
Ha sido una simple coincidencia, aunque no por ello deja de parecer simbólico. La pregunta es ¿por qué parece simbólico?
Los rumores sobre un líder joven eran infundados
Sería impresionante si los servicios secretos lograran liquidar a al-Zawahiri durante el año en curso, preferiblemente para otoño: el próximo 11 de septiembre el mundo conmemorará el décimo aniversario de los atentados terroristas perpetrados en Estados Unidos.
Se considera que al-Zawahiri contribuyó a su organización no en menor medida que su antecesor y correligionario, Osama bin Laden, abatido el pasado 2 de mayo durante una operación especial de EEUU en Paquistán.
Los estadounidenses ofrecen desde hace tiempo una recompensa de unos 25 millones de dólares por cualquier información que pueda ayudar a capturar o liquidar a al-Zawahiri.
Es muy posible que, dada su actual posición, la cantidad prometida sea mayor. Por las informaciones sobre el paradero de Bin Laden se ofrecían 50 millones, aunque todavía no se sabe si algún informador recibió algún tipo de recompensa.
No obstante, para quienes luchan contra el terrorismo, esta noticia es más bien grata: incluso en las situaciones más complicadas es mejor enfrentarse a algo previsible e inmediatamente después del anuncio del abatimiento de Bin Laden se habló de que posiblemente al-Zawahiri se pondría al frente de “Al Qaeda”.
Al mismo tiempo, un politólogo occidental informó, citando a sus contactos entre los extremistas, que en el grupo terrorista se había producido una escisión entre los miembros jóvenes y los veteranos.
Las discrepancias hicieron que ganara popularidad el joven egipcio Saif al-Adel. No obstante, su figura contribuyó únicamente a crear una mayor intriga y nada más, sin que llegara a ser un serio rival de al-Zawahiri.
El símbolo de la yihad está envejeciendo
Los mismos islamistas no dudaron que el veterano de la lucha contra las tropas soviéticas en Afganistán, Ayman a-Zawahiri, se merecía el derecho de ser líder nominal de “Al Qaeda”.
Por lo tanto, el anuncio de una autodenominada “comandancia común de la organización” de concederle el puesto directivo a este autor de la teoría y la práctica de la yihad fue recibida en las correspondientes páginas web de los extremistas sin agitación de ninguna clase, sino de una manera positiva y tranquila.
Así, el representante de los talibanes afganos, aliados de “Al Qaeda”, Ihsanullah Ihsán, anunció, refiriéndose a al-Zawahiri: “Sí, esta persona es capaz de asumir el liderazgo de la organización”. Nada más.
Los politólogos occidentales, al contrario, mostraron un interés mucho más intenso.
Al-Zawahiri será dirigente nominal de “Al Qaeda” por la simple razón de que, en opinión de los expertos, no existe ninguna organización con una jerarquía vertical y una dirección centralizada. Las filiales regionales de este grupo terrorista en el Norte de África, en el Cáucaso, en la Península Arábiga, etc. actúan de manera independiente y están vinculadas sólo por la ideología.
Ocurre también a veces que otros grupos terroristas, al perpetrar atentados, se hacen pasar para mayor intimidación por filiales de “Al Qaeda”.
“Al Qaeda” representa el símbolo de la yihad radical, pero en medio de las revoluciones que están teniendo lugar en el mundo árabe, es un símbolo que se está quedando obsoleto. Y el actual líder de esta organización terrorista es también una persona entrada en años. Es buena señal para quienes luchan contra el terrorismo: el momento de “Al Qaeda” ya ha pasado y por tanto será más fácil acabar con ella. Lo que no quiere decir que su lugar no sea ocupado por otros.
Osama bin Laden, quien pretendía dirigir la organización, mandando de vez en cuando escasos mensajes desde Pakistán, no habría podido dirigirla de manera real, ocupados como estaban él y sus allegados en escapar de los agentes secretos que iban tras ellos. Y en Oriente Medio, mientras tanto, estaba naciendo el tsunami revolucionario.
El joven vendedor de fruta tunecino, cuya muerte desencadenó esta oleada de protestas. no optó por hacerse explotar junto con quienes se encontraban a su alrededor, sino que se inmoló en señal de protesta, después de haber perdido el trabajo y haber sido humillado por las autoridades. Y el efecto de su acción fue mucho más impactante que cualquier atentado terrorista.
“Tendrá que esforzarse en sobrevivir”
Parece estar en lo cierto el representante de la Administración de Estados Unidos que, sin revelar su nombre, comentó que al-Zawahiri se convirtió en el nuevo blanco principal de los servicios secretos de EEUU: “Tendrá que pensar más en cómo sobrevivir y no en cómo planear nuevos atentados”.
No obstante, al-Zawahiri todavía encuentra tiempo para serias deliberaciones sobre el futuro de sus correligionarios y compatriotas y uno de los objetivos que se plantea es subirse en lo más alto de la ola revolucionaria, para mantener los restos de la popularidad de antaño.
En su declaración, difundida hace una semana vía Internet, dijo: “Contra Estados Unidos no actúan personas aisladas, sino pueblos enteros sublevados”. Y también llamó a seguir en Oriente Medio con “revoluciones contra los podridos regímenes autoritarios, impuestos por Occidente”.
Se refirió a Egipto, Túnez, Yemen, Siria y Marruecos. Y añadió que “no se puede dejar ni un ápice de tierra a Israel, un lacayo de Occidente”.
Fue precisamente el hecho de que desde las montañas de Afganistán los líderes de “Al Qaeda” se propusieran objetivos globales e intentaran conseguirlos con atentados de envergadura internacional lo que sorprendió en su momento al mundo.
Fue precisamente el hecho de que desde las montañas de Afganistán los líderes de “Al Qaeda” se propusieran objetivos globales e intentaran conseguirlos con atentados de envergadura internacional lo que sorprendió en su momento al mundo.
Sin embargo, el intento de asumir el papel de coordinador de las protestas en el Oriente Medio hace pensar en un viejo combatiente que, metralleta en mano, se empeña en alcanzar a un joven revolucionario que tiene por armas un cartel con llamamientos antigubernamentales y un ramito de jazmín.
Las revoluciones en Oriente Próximo se llevan a cabo sin la participación de “Al Qaeda” que se ha mostrado incapaz de encontrar a un líder más interesante y original que Ayman al-Zawahiri. Esta organización por fin deja de sorprendernos.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Elena Supónina
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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