“El Gobierno mantendrá su política actual a favor de la energía nuclear”, aseveró el funcionario en declaraciones a la cadena NHK.
Según Sengoku, el Ejecutivo descarta interrumpir los reactores nucleares, a excepción de los tres de la planta de Hamaoka que se ubica en una zona con alto riesgo sísmico.
La central de Hamaoka se localiza en la prefectura de Shizuoka, isla de Honshu, a tan sólo 200 kilómetros de Tokio. La probabilidad de que esta zona sufra un terremoto de 8 grados de magnitud en los próximos 30 años asciende al 87%.
Con la parada de tres de sus cinco reactores, la planta quedará fuera de servicio, puesto que otros dos ya están detenidos.
Las declaraciones de Sengoku se producen en medio de multitudinarias protestas que reclaman el cierre de todas las centrales nucleares en Japón. La víspera, una de estas manifestaciones congregó a más de 10.000 participantes en Tokio. Hoy, un acto similar reunió en la capital a un millar de japoneses.
El fuerte seísmo, de nueve grados de magnitud, y el posterior tsunami que sacudieron Japón el pasado 11 de marzo dejaron fuera de servicio los sistemas de refrigeración en Fukushima-1 lo que provocó explosiones en varios reactores y fugas de material radiactivo.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón (NISA) anunció el 12 de abril haber elevado el accidente de Fukushima al nivel de peligro 7, el máximo en la escala Internacional de Accidentes Nucleares INES.
Este mismo nivel 7 es el que tuvo la catástrofe nuclear de Chernóbil, ocurrida el 26 de abril de 1986 en Ucrania y considerada el mayor desastre nuclear de la historia.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
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