Compartir el hábitat con un animal peligroso no es fácil. Y si el animal en cuestión es el tigre siberiano (Panthera tigris altaica), un animal en peligro de extinción, la situación es incluso peor.
En Rusia, si un tigre merodea en las cercanías de una población remota, representa un peligro. Pero, también, plantea una dificultad: ¿cómo puede protegerse la gente del lugar sin matar a una criatura que está a punto de desaparecer?
A pesar de que son muy pocos los tigres que quedan, pasan por las poblaciones -o por sus inmediaciones- con cierta regularidad
Dale Miquelle, WCS
Un equipo establecido especialmente por el gobierno en 1999 para lidiar con estas situaciones parece haber hallado una solución al problema.
Los tigres siberianos viven los bosques del oriente extremo del país, una expansión de más de 150.000 kilómetros cuadrados en el que se encuentran distribuidos por el paisaje algunos pequeños asentamientos humanos.
"Hay una zona gris donde los seres humanos y los tigres coexisten", explica Dale Miquelle, director del programa para Rusia de la Sociedad para la Conservación Mundial (WCS, por sus siglas en inglés), una de las organizaciones involucradas en este proyecto.
"A pesar de que son muy pocos los tigres que quedan, pasan por las poblaciones -o por sus inmediaciones- con cierta regularidad", agrega.
Cuando un tigre se acerca mucho, puede atacar un animal doméstico, como por ejemplo un perro o una vaca.
Excepcionalmente, puede llegar a atacar a un ser humano.
Al rescate
En los últimos diez años, los tigres siberianos han matado al menos a 254 animales domésticos, 160 de ellos eran perros.
Los récords oficiales muestran 19 ataques contra seres humanos. Dos de las víctimas murieron y 11 resultaron heridas.
Aquí, es donde entra en acción el equipo de trabajo.
Cuando alguien ve un tigre o descubre un animal que ha sido atacado por uno, alerta a las autoridades locales que contactan al equipo, explica Miquelle.
"Las autoridades locales evalúan la situación y, si es necesario, envían al equipo".
A veces le ponemos un collar radio y lo dejamos en su lugar. A veces lo trasladamos a otro sitio, si pensamos que eso va a reducir las posibilidades de que vuelva a atacar
Dale Miquelle, WCS
"Estamos hablando de una región muy grande, con lo cual pueden pasar varios días hasta que llegue al lugar".
Una vez que están allí, las opciones son varias.
La más obvia es espantar al tigre con disparos o bengalas, pero, a veces, es necesario capturar al animal.
"A veces le ponemos un collar radio y lo dejamos en su lugar. A veces lo trasladamos a otro sitio, si pensamos que eso va a reducir las posibilidades de que vuelva a atacar", añade Miquelle.
Pero si el tigre está herido, la situación es más complicada.
Cambios de comportamiento
John Goodrich, conservacionista y fotógrafo de la vida silvestre, trabajó con el equipo en varias misiones de rescate. Según él, la mayoría de los tigres que atacan a las personas en Rusia fueron heridos por cazadores o cayeron en alguna trampa.
Y estas heridas pueden influir en su comportamiento, empujando a los animales hace los poblados en busca de alimentos, ya que no están en condiciones de cazar.
En opinión de Goodrich, las heridas causadas por los cazadores son la causa principal de los ataques de los tigres siberianos. A veces el equipo puede rehabilitarlos y dejarlos en libertad.
Es difícil cuantificar con precisión cuántos tigres han logrado salvar. Pero a estas altura, cada individuo cuenta. El último censo estimó que quedan en estado salvaje tan sólo 350 tigres siberianos.
"Tenemos evidencia de que hemos logrado reducir el número de tigres muertos a causa del conflicto con los seres humanos".
Mensaje
Aunque, definitivamente, dice Miquelle, se puede avanzar aún más.
No todos los esfuerzos para alejar a los animales de las zonas habitadas han tenido éxito.
"Pero como quedan tan pocos tigres, es importante que frenemos la tendencia hacia la reducción de su población", le dice a la BBC.
Por esta razón, el equipo de trabajo quiere darles un mensaje a la población en riesgo, enfatizando que ellos están allí para protegerlos.
"Cuando un animal del tamaño de un tigre se acerca a un caserío, da mucho miedo", explica Miquelle.
"Por esto contar con un equipo que pueda lidiar con esta situación es muy importante".
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