desastre ecológico
Las autoridades de Hungría volvieron a poner en funcionamiento ayer la planta de aluminio Ajkai Timfoldgyar, que hace 10 días causó una de las mayores catástrofes ecológicas en toda la historia de Europa. Se planea que para el 19 de octubre la fábrica llegue a la producción a plena escala.
El 4 de octubre en esta planta de aluminio, situada a unos 160 kilómetros al suroeste de la capital húngara, Budapest, se produjo una explosión que provocó una fuga de residuos, el llamado 'barro rojo'. La superficie del vertido, de 1,1 millones de metros cúbicos de lodo tóxico, alcanzó los 40 kilómetros cuadrados y se inundaron 300 casas en tres localidades cercanas. Según los últimos datos, la catástrofe ha causado nueve muertes. Unas 150 personas han sufrido quemaduras químicas e intoxicación y 45 de ellas siguen ingresadas en hospitales capitalinos. Unos 8.000 habitantes de la zona han sido evacuados.
La balsa de residuos accidentada todavía sigue con una reserva de 1 millón de metros cúbicos de 'barro rojo' dentro. Teniendo en cuenta su estado 'físico' bastante lamentable, la mayoría de los ecólogos estima la decisión de las autoridades húngaras de poner la planta en marcha y volver a llenar la balsa con los residuos tóxicos de actividades productivas como más que arriesgada y una amenaza de catástrafe aún mayor que afectaría toda Europa.
La primera fuga ya despobló varias aldeas cercanas y liquidó la flora y fauna de los pequeños ríos cercanos. Las sustancias tóxicas penetraron en el Danubio y ya han llegado hasta Croacia. Ecólogos de Zágreb, la capital del país, afirman que hoy en día la concentración de aluminio en el Danubio supera la norma en 4,5 veces.
Sus colegas ucranianos comentan que cuando las aguas intoxicadas del Danubio alcancen Ucrania ya no presentarán tanto peligro: tardarán un mes en limpiarse, aproximadamente, y luego desembocarán en el Mar Negro. Pero el problema serán los sedimentos: las sustancias tóxicas se precipitarán al fondo, primero del río y luego del Mar Negro, y penetrarán en las plantas y los peces, y de ahí a los organismos humanos, causando todo tipo de enfermedades. Así que el agua no presentará peligro, pero la fauna sí. Los especialistas comentan que la región tardará unos 100 años en recuperarse de las consecuencias del desastre.
Mientras tanto, ha sido detenido Zoltan Bakonyi, director general de MAL Zrt, la empresa propietaria de la planta Ajkai Timfoldgyar. Sin embargo, la Fiscalía no ha podido argumentar las acusaciones presentadas, según afirma el abogado de Bakonyi. En unos días salió en libertad.
La fábrica accidentada ya está oficialmente nacionalizada, conforme a una nueva ley adoptada esta semana. La ley estipula que todas las plantas que violan las regulaciones medioambientales y no modifican su proceso de producción en un cierto período se nacionalicen.
Entre enero y junio de 2011 Hungría presidirá la Unión Europea, hecho que aprovechará, según declara, para disminuir los riesgos de averías en los depositarios de los deshechos tóxicosinsuficientemente controlados en Europa del Este, informó el servicio de prensa del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).
Viejo Condor
RT.net (SIC)
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