El 15 de junio de 2010, en Severodvinsk (al norte de Rusia) fue botado el submarino más moderno de la Flota rusa, llamado así en honor de la ciudad donde fue construido.
Las obras duraron 17 años, período que ejemplifica la historia de la industria militar rusa de las últimas décadas.
Los trabajos de diseño de una nueva (la cuarta) generación de submarinos empezaron en la URSS en 1977 y ya en 1985 fueron incluidos en los programas de construcciones navales.
De conformidad con las tradiciones de la Marina de Guerra soviética, se tomó la decisión de desarrollar al mismo tiempo distintos proyectos de sumergibles, para cubrir distintas necesidades. Así, se programó la construcción de submarinos estratégicos, para la lucha contra portaviones, submarinos multifuncionales, antisubmarinos y los de misiones especiales.
Sin embargo, a finales de los 80 ya era evidente que esto conllevaba un aumento desmesurado de los gastos de la Armada. Y así, siguiendo el ejemplo de nuestros rivales en la Guerra Fría, se resolvió reducir toda esa panoplia de submarinos atómicos a dos clases: los estratégicos, destinados a mantener la disuasión nuclear, y los multifuncionales.
Como submarino estratégico se optó por el proyecto 955, un primer ejemplar del cual -el "Yuri Dolgoruki"- fue botado en 2007. Como submarino multifuncional se eligió el modelo 885.
El primer modelo del proyecto 885 tendría que haber estado listo en el filo de los años 80 y 90, pero las limitaciones presupuestarias y la desintegración de la URSS obligaron a aplazar su construcción hasta 1993.
Y ahí comenzó una larga epopeya. En un primer momento, la puesta en servicio operacional estaba programada para 1998; corrían rumores en aquella época sobre la puesta en quilla de otros dos ó tres submarinos. En 1998, sin embargo, se aplazó la entrega hasta los primeros años de la nueva década, luego hasta 2005, hasta 2007...
Al final, el submarino nuclear "Severodvinsk" (Proyecto 885 Yasen Clase GRANAY, según la clasificación de la OTAN) fue botado en 2010, aunque será plenamente operativo sólo en 2011. A diferencia del "Yuri Dolgoruki" (que sigue esperando el suministro de los misiles Bulavá), el submarino "Severodvinsk" dispondrá de armamento adecuado desde el primer momento, porque la industria militar ya está en capacidad de suministrar misiles y torpedos necesarios.
Tampoco se han confirmado los rumores sobre la construcción de otros sumergibles, supuestamente puestos en quilla todavía en los años 90. En realidad, los trabajos en el segundo submarino nuevo (proyecto modernizado 885M que recibió el nombre "Kazán") empezaron sólo en 2009.
Las razones de una construcción tan dilatada son varias: durante mucho tiempo el proyecto careció de la debida financiación; más tarde, cuando se asignaron los recursos indispensables, fue necesario modernizar el proyecto, ya que la maquinaria y los equipos se hicieron obsoletos.
Además, según algunas informaciones, surgieron problemas con el sistema de abastecimiento de energía.
Por fin, a mediados de la primera década de este siglo se puso en entredicho la necesidad de tener este tipo de submarinos. Veamos las características técnicas del "Severodvinsk". Es un gran submarino que desplaza 9.700 toneladas (13.500 en inmersión), con una eslora de 120 metros y una manga de 13 metros. Es capaz de desarrollar una velocidad alta (según algunas estimaciones, hasta 33 nudos) y está fuertemente armado: 8 lanzatorpedos de calibre 533 y 650 mm y 24 lanzadoras de misiles estratégicos y misiles mar-mar, etc.
El sumergible está dotado de potentes equipos radioelectrónicos y de acústica acuática. Su coste, según algunas estimaciones, se aproxima a los 2.000 millones de dólares. El modelo más parecido, por sus características y funcionalidades, es el estadounidense SSN-21 Sea Wolf.
Los Sea Wolf son también máquinas de combate grandes, veloces, fuertemente armadas y muy caras. A finales de los 80, EE.UU. planeó la construcción de hasta 30 de estos submarinos, para dar respuesta a la incorporación de los submarinos del proyecto 971 a la Flota de la URSS.
Terminada la Guerra Fría, decayó la necesidad de estos submarinos, y en los años 1989-2005 fueron construidos sólo tres, ascendiendo el coste de cada uno a los 4.000 millones de dólares. Como submarinos de la nueva generación se optó entonces por los de la serie Virginia, de dimensiones más reducidas y con unas características técnicas y tácticas más modestas. Está previsto construir 30 de estos submarinos para sustituir a los envejecidos aparatos nucleares de la serie Los Angeles.
¿Necesita Rusia en estos momentos construir naves del tipo Sea Wolf, diseñadas para librar una enconada guerra contra el contrincante más poderoso del mundo? A lo mejor, en la actual situación internacional, sería suficiente poner en servicio operacional dos ó tres naves proyecto 885, escogiendo en calidad del submarino principal un modelo menos costoso, pero dotado de instrumentos y armamentos más modernos.
Cabe señalar que, incluso si se llega a construir los seis anunciados submarinos modelo "Severodvinsk", ellos apenas bastarían para reemplazar los submarinos multifuncionales, actualmente en servicio.
En la actualidad, la Armada rusa cuenta con 27 submarinos nucleares proyectos 949, 945, 671RTM y 971, botados entre mediados de los 80 y finales de los 90. Como mínimo, la mitad de ellos a lo largo de los próximos 15 años se tornará obsoleta.
Por lo tanto, es de vital importancia construir en este período de 12 a 15 submarinos nucleares más económicos que reúnan características equivalentes al proyecto 971 o incluso 671RTM, superándolo por el nivel de equipamiento técnico y la capacidad de ser indetectables por los medios hidroacústicos.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Ilia Kramnik
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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El 15 de junio de 2010, en Severodvinsk (al norte de Rusia) fue botado el submarino más moderno de la Flota rusa, llamado así en honor de la ciudad donde fue construido.
Las obras duraron 17 años, período que ejemplifica la historia de la industria militar rusa de las últimas décadas.
Los trabajos de diseño de una nueva (la cuarta) generación de submarinos empezaron en la URSS en 1977 y ya en 1985 fueron incluidos en los programas de construcciones navales.
De conformidad con las tradiciones de la Marina de Guerra soviética, se tomó la decisión de desarrollar al mismo tiempo distintos proyectos de sumergibles, para cubrir distintas necesidades. Así, se programó la construcción de submarinos estratégicos, para la lucha contra portaviones, submarinos multifuncionales, antisubmarinos y los de misiones especiales.
Sin embargo, a finales de los 80 ya era evidente que esto conllevaba un aumento desmesurado de los gastos de la Armada. Y así, siguiendo el ejemplo de nuestros rivales en la Guerra Fría, se resolvió reducir toda esa panoplia de submarinos atómicos a dos clases: los estratégicos, destinados a mantener la disuasión nuclear, y los multifuncionales.
Como submarino estratégico se optó por el proyecto 955, un primer ejemplar del cual -el "Yuri Dolgoruki"- fue botado en 2007. Como submarino multifuncional se eligió el modelo 885.
El primer modelo del proyecto 885 tendría que haber estado listo en el filo de los años 80 y 90, pero las limitaciones presupuestarias y la desintegración de la URSS obligaron a aplazar su construcción hasta 1993.
Y ahí comenzó una larga epopeya. En un primer momento, la puesta en servicio operacional estaba programada para 1998; corrían rumores en aquella época sobre la puesta en quilla de otros dos ó tres submarinos. En 1998, sin embargo, se aplazó la entrega hasta los primeros años de la nueva década, luego hasta 2005, hasta 2007...
Al final, el submarino nuclear "Severodvinsk" (Proyecto 885 Yasen Clase GRANAY, según la clasificación de la OTAN) fue botado en 2010, aunque será plenamente operativo sólo en 2011. A diferencia del "Yuri Dolgoruki" (que sigue esperando el suministro de los misiles Bulavá), el submarino "Severodvinsk" dispondrá de armamento adecuado desde el primer momento, porque la industria militar ya está en capacidad de suministrar misiles y torpedos necesarios.
Tampoco se han confirmado los rumores sobre la construcción de otros sumergibles, supuestamente puestos en quilla todavía en los años 90. En realidad, los trabajos en el segundo submarino nuevo (proyecto modernizado 885M que recibió el nombre "Kazán") empezaron sólo en 2009.
Las razones de una construcción tan dilatada son varias: durante mucho tiempo el proyecto careció de la debida financiación; más tarde, cuando se asignaron los recursos indispensables, fue necesario modernizar el proyecto, ya que la maquinaria y los equipos se hicieron obsoletos.
Además, según algunas informaciones, surgieron problemas con el sistema de abastecimiento de energía.
Por fin, a mediados de la primera década de este siglo se puso en entredicho la necesidad de tener este tipo de submarinos. Veamos las características técnicas del "Severodvinsk". Es un gran submarino que desplaza 9.700 toneladas (13.500 en inmersión), con una eslora de 120 metros y una manga de 13 metros. Es capaz de desarrollar una velocidad alta (según algunas estimaciones, hasta 33 nudos) y está fuertemente armado: 8 lanzatorpedos de calibre 533 y 650 mm y 24 lanzadoras de misiles estratégicos y misiles mar-mar, etc.
El sumergible está dotado de potentes equipos radioelectrónicos y de acústica acuática. Su coste, según algunas estimaciones, se aproxima a los 2.000 millones de dólares. El modelo más parecido, por sus características y funcionalidades, es el estadounidense SSN-21 Sea Wolf.
Los Sea Wolf son también máquinas de combate grandes, veloces, fuertemente armadas y muy caras. A finales de los 80, EE.UU. planeó la construcción de hasta 30 de estos submarinos, para dar respuesta a la incorporación de los submarinos del proyecto 971 a la Flota de la URSS.
Terminada la Guerra Fría, decayó la necesidad de estos submarinos, y en los años 1989-2005 fueron construidos sólo tres, ascendiendo el coste de cada uno a los 4.000 millones de dólares. Como submarinos de la nueva generación se optó entonces por los de la serie Virginia, de dimensiones más reducidas y con unas características técnicas y tácticas más modestas. Está previsto construir 30 de estos submarinos para sustituir a los envejecidos aparatos nucleares de la serie Los Angeles.
¿Necesita Rusia en estos momentos construir naves del tipo Sea Wolf, diseñadas para librar una enconada guerra contra el contrincante más poderoso del mundo? A lo mejor, en la actual situación internacional, sería suficiente poner en servicio operacional dos ó tres naves proyecto 885, escogiendo en calidad del submarino principal un modelo menos costoso, pero dotado de instrumentos y armamentos más modernos.
Cabe señalar que, incluso si se llega a construir los seis anunciados submarinos modelo "Severodvinsk", ellos apenas bastarían para reemplazar los submarinos multifuncionales, actualmente en servicio.
En la actualidad, la Armada rusa cuenta con 27 submarinos nucleares proyectos 949, 945, 671RTM y 971, botados entre mediados de los 80 y finales de los 90. Como mínimo, la mitad de ellos a lo largo de los próximos 15 años se tornará obsoleta.
Por lo tanto, es de vital importancia construir en este período de 12 a 15 submarinos nucleares más económicos que reúnan características equivalentes al proyecto 971 o incluso 671RTM, superándolo por el nivel de equipamiento técnico y la capacidad de ser indetectables por los medios hidroacústicos.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Ilia Kramnik
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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