. El pasado domingo concluyó la cumbre ordinaria de la organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en Viena, y a pesar de los pronósticos, los miembros del cartel no pudieron acordar una reducción adicional de la extracción de crudo.
Entre otras cosas, la propuesta de reducir la oferta tuvo pocas posibilidades de prosperar porque el precio del petróleo ya se estabilizó en torno a los 40 dólares el barril, los compromisos adoptados en diciembre por la OPEP de reducir la extracción en 4.2000 millones de barriles diarios apenas se cumple en un 80 %, y Estados Unidos dio a entender que no tolerará un aumento infundado de los precios de los hidrocarburos.
En la cumbre del cartel petrolero, Rusia participó en calidad de país observador, e incluso presentó una serie de propuestas para estabilizar el mercado del crudo. Al explicar su postura, Rusia expresó interés en influir en el mercado mundial de crudo, y al mismo tiempo, mantener la autonomía de maniobra como país productor.
De esta forma se debe interpretar los llamamientos a fortalecer la coordinación entre los participantes al mercado de crudo, es decir la OPEP y los productores independientes y la declaración de una hipotética incorporación de Rusia a la OPEP.
El jefe de la delegación rusa el viceprimer ministro Igor Sechin criticó la dinámica de los precios en el mercado petrolero que operó antes de la crisis. En efecto, el aumento del precio del crudo no se correspondía con el aumento de la demanda. Mientras que la demanda aumentó en 1-3 %, el crudo se encareció en el 47- 48%.
La situación del precio mundial del petróleo reflejó la tendencia general que imperaba en la economía mundial cuando se operó una redistribución de los activos desde el sector real de la economía hacia las estructura financieras.
Cantidades enormes de dinero concentrado en las "burbujas financieras" no encontraron aplicación en la economía real y circularon o bien en el interior de las mismas "burbujas" o bien fueron inyectados en sectores de la economía donde surgieron situaciones de bonanza especulativa, cuando el aumento de los precios no está condicionado por la demanda, sino por la expectativa de su continuo crecimiento.
Y uno de esos sectores de bonanza fue el sector petrolero, los contratos futuros de crudo en los últimos años se convirtieron en una especie de divisas alternativa en la que se invirtieron cantidades considerables de recursos en poder de los especuladores financieros.
De la circunstancia anteriormente descrita se desprende la necesidad de imponer cambios en los criterios que se aplican en el momento de establecer los precios del crudo.
Esto fue precisamente lo que propuso el vicepresidente ruso en la cumbre de la OPEP. Entre las variantes posibles, el funcionario ruso propuso supeditar hasta donde sea posible, los suministros importantes de crudo a contratos a largo plazo.
Esto permitiría a los productores planificar las inversiones en proyectos a largo plazo y tener en cuenta el crecimiento real de los gastos destinados al transporte y la extracción, al momento de fijar el valor del barril de crudo en el mercado.
Actualmente, los contratos de venta de petróleo a largo plazo tienen escasa aplicación. Los países de la OPEP venden crudo directamente en petroleros dispuestos a zarpar en cualquier momento, hacia cualquier lugar del mundo donde se pague el precio más alto. De la misma forma operan algunas de las compañías petroleras rusas.
Uno de los pocos ejemplos de contratos a largo plazo es contrato a 20 años suscrito por la empresa rusa Rosneft y China para el suministros de crudo ruso al país asiático por un ramal del oleoducto Siberia Oriental -Océano Pacífico.
Una de las condiciones establecidas en el contrato estableció que Pekín debió asignar un crédito por un monto de 25.000 millones de dólares a favor de empresas rusas dedicadas a la construcción del ramal del oleoducto que unirá Rusia y China.
Pero si los nuevos criterios para la formación del precio del crudo es un asunto del futuro, las cuotas de extracción ya son un instrumento que puede influir en el precio actual de los hidrocarburos.
Sechin afirmó que Rusia ya optó por esa variante y que en enero-febrero del presente año redujo la extracción de crudo en un 1,9%, hasta 78,5 millones de toneladas), un recorte que más que todo, se debe a la disminución de las inversiones en sector petrolero ruso.
Según Sechin, el nivel de extracción actual se mantiene gracias "a los recursos invertidos hasta ahora", y la disminución de las inversiones amenazan con rebajar la extracción.
No obstante, la reducción de la extracción en los primeros dos meses de 2009, las exportaciones rusas de crudo aumentaron un 2-3%.
Sechin también propuso a los productores desarrollar activamente la infraestructura para almacenar crudo y derivados, indicando que esto se puede lograr de dos formas, mediante la extracción de petróleo y su conservación en depósitos especiales, o la suspensión temporal de la extracción en los pozos en funcionamiento.
En la actualidad, Rusia no necesita de depósitos para almacenar crudo y el cierre temporal de los pozos es una labor complicada por razones del clima.
Sechin explicó que Rusia reducirá las exportaciones de crudo aumentando el consumo interno, en particular mediante un plan para entregar dos millones de toneladas de petróleo al sector agrícola y también aumentando la producción de productos derivados en las refinerías del país.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Vlad Grinkevich
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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