Corea del Norte declaró recientemente intenciones de efectuar a comienzos de abril el lanzamiento de un cohete portador con el objetivo de poner en órbita un satélite de comunicaciones en la órbita terrestre.
Con la denominación "Vía Láctea-2", el cohete es una modificación del misil balístico de tres fases Taepodong-2 en capacidad de impactar blancos a distancias de hasta 7.000 kilómetros, y en este sentido, muchos expertos suponen que el objetivo principal de este lanzamiento no es tanto la ubicación de un satélite en la órbita, sino la comprobación de las características operacionales del cohete.
Con anticipación, Pyongyang ya informó a los países vecinos sobre el lanzamiento y también proporcionó las coordenadas probables en dónde caerán la primera y segunda fases del cohete.
Pero la noticia sobre el lanzamiento del cohete norcoreano ha despertado muchos recelos en la zona.
Así, Japón advirtió que podría derribarlo, si su trayectoria representa una amenaza para la seguridad nacional.
El primer ministro de Japón, Taro Aso, declaró que incluso para poner en órbita un satélite, como afirma la parte norcoreana, el lanzamiento del cohete por parte de Pyongyang supone violación de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y por ello, el gobierno nipón presentará la protesta correspondiente y exigirá anular el lanzamiento.
Además, también EEUU se prepara para interceptar "la Vía Láctea" en caso de necesidad.
Las aspiraciones de Corea del Norte a desarrollar tecnologías de cohetes balísticos ha sido uno de los argumentos principales que han expuesto Estados Unidos y países aliados para emplazar el escudo antimisiles en el sudeste asiático.
Los elementos principales de este sistema emplazado en el territorio nipón incluyen baterías de misiles antiaéreos Patriot en su versión modificada PAC-2 y PAC-3 y también buques de guerra (clase Aegis) de Japón y EEUU.
Dotados con misiles antiaéreos modificados SM-2 y SM-3, estos buques pueden interceptar misiles balísticos en los tramos de despegue y descenso. Los sistemas antiaéreos terrestres para la defensa de instalaciones de alta prioridad, también pueden interceptar misiles balísticos en la fase final del vuelo.
Los buques dotados con misiles SM-3 pueden interceptar objetivos a una distancia de 50 kilómetros y una altura de 250 kilómetros y los destructores equipados con misiles SM-2 destruyen objetivos a 25 kilómetros de distancia y 170 kilómetros de altura.
Los sistemas navales demostraron su capacidad de interceptar objetivos. Así, el 21 de febrero de 2008 un cohete SM-3 lanzado desde el crucero "Lake Erie", en el Océano Pacífico, destruyó a una altura de 247 kilómetros, el satélite espía estadounidense averiado USA-193 que se desplazaba a una velocidad de 36.667 kilómetros por hora.
Los sistemas terrestres tienen características más modestas, por ejemplo el Patriot PAC-3 puede interceptar la ojiva de un misil balístico a una distancia de 50 kilómetros y a 20 kilómetros de altura, lo que define sus características como arma para proteger objetivos de alta importancia.
El alcance de los sistemas navales y la rápida posibilidad de desplazamiento de los buques convierten a los cohetes SM-3 en los rivales principales que pueden abatir el cohete norcoreano.
En la actualidad, la Armada de Japón cuenta con seis destructores clase Aegis, de los cuales dos ó tres están equipados con misiles SM-3. La flotilla de EEUU dotada con este tipo de misiles interceptores y anclada en los puertos nipones consta de cinco buques.
En caso de necesidad, en una operación conjunta, la flotilla nipona y estadounidense pueden con mucha probabilidad interceptar el cohete norcoreano, y sólo queda por valorar las implicaciones políticas y militares que podrían derivarse de esta acción.
Teniendo en cuenta las actuales relaciones de Corea del Norte con EEUU y Japón, la intercepción del cohete norcoreano con alto grado de probabilidad conllevará a la ruptura definitiva de todos los contactos entre los gobiernos de estos tres países, y una escalada de la tensión en la región.
Esta variante no será aceptada por otros países de la zona como China, Rusia y, finalmente, Corea del Sur que no están interesados en una agudización de la situación en la península coreana.
Por esta razón, es probable que EEUU y Japón adopten por otras formas para presionar a Corea del Norte y evitar una acción militar abierta de semejantes proporciones.
Viejo Condor
RIA Novosti (SIC)
Iliá Kramnik
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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