"Esta flotilla no es nada más que la demostración de la hipocresía y las mentiras que solo ayudan a la organización terrorista de Hamás e ignoran todos los horrores de nuestra región", ha afirmado Netanyahu.
El primer ministro israelí ha emitido un comunicado después de que las fuerzas israelíes interceptaran el barco Marianne de Gotemburgo en aguas internacionales para evitar que entrara en aguas de Gaza y rompiera el bloqueo que Israel mantiene sobre este territorio palestino.
La Marina israelí escolta en estos momentos a la embarcación hasta el puerto israelí de Ashdod, próximo a Gaza.
"Se ha evitado la entrada por mar de acuerdo a la ley internacional y con el apoyo de un comité del secretario general de la ONU. Israel es la única democracia que se defiende según la ley internacional", ha asegurado Netanyahu.
"No estamos dispuestos a aceptar la entrada de material de guerra para las organizaciones terroristas de Gaza, como se ha hecho por mar antes", ha subrayado el jefe del Gobierno israelí.
"El año pasado, abortamos un intento de entrar por el mar centenares de armas que estaban destinadas a ser usadas en ataques contra ciudadanos de Israel", ha explicado.
"No hay asedio a Gaza. Israel asiste en el envío de bienes y equipo humanitario a Gaza (…) y ayuda en centenares de proyectos humanitarios", ha dicho Netanyahu.
El primer ministro israelí difundió anoche una carta dirigida a los pasajeros de la Flotilla en la que les hablaba en tono irónico. "Bienvenidos a Israel, parece ser que os habéis perdido. Quizás queríais navegar hasta un lugar que no está lejos de aquí, Siria, donde el Ejército de (Bashar) al Asad está matando a su pueblo cada día y tiene el apoyo del régimen iraní asesino", escribió Netanyahu.
Gaza está sometida a un bloqueo naval, aéreo y terrestre por parte de Israel desde hace ocho años y al bloqueo parcial por tierra parte de Egipto, que mantiene su frontera con Gaza cerrada la mayor parte del tiempo.
En la franja viven 1,8 millones de personas con restricciones de luz, agua y con barrios de ciudades arrasados en la ofensiva militar israelí del verano pasado, que mató a 2.200 palestinos e hirió a más de 11.000, además de dejar sin hogar a 100.000 personas.
Un año después de la guerra, en la que perdieron la vida 72 israelíes (6 civiles por los proyectiles lanzados por grupos palestinos y 66 soldados en combate), la reconstrucción en Gaza apenas ha empezado por varios motivos, uno de ellos son las restricciones que impone Israel a la entrada de material de construcción.